Cultura etíope y eritrea

Categoría: Fiestas y tradiciones (Página 2 de 2)

Etiopía y Egipto: ¿un nuevo reparto de las aguas del Nilo?

Migdad - 30-05-2013

Ilustración: Migdad Eldikhery. Arabnews.com

Artículo originalmente publicado en Cenário Estratégico

ETIOPÍA Y EGIPTO: ¿UN NUEVO REPARTO DE LAS AGUAS DEL NILO?

             Durante estos últimos meses ha aparecido en los medios de comunicación el viejo asunto de la gestión de las aguas del Nilo, un tema polémico que amenaza con agriar las frágiles relaciones diplomáticas entre Egipto y Etiopía. En el centro de la cuestión se encuentra el proyecto etíope de construcción de una megapresa en el río Abbay (Nilo Azul), afluente del Nilo, al que aporta el 86% de su caudal. Dicho megaproyecto ha alarmado a Egipto, país dependiente casi en exclusiva de las aguas del Nilo, que teme una reducción considerable del caudal de agua disponible. Algunos sectores del país llegaron a sugerir que podría producirse un conflicto armado para defender los privilegios de Egipto y Sudán sobre el del agua del Nilo, obtenidos mediante tratados firmados en el siglo XX. En cualquier caso, el conflicto ha vuelto a poner sobre la mesa de los asuntos pendientes de la comunidad internacional la necesidad de reforzar el papel de la Nile Basin Initiative (NBI) como organismo encargado de la gestión de las aguas del Nilo.

Una cuenca compleja

            La cuestión del Nilo no sólo afecta a Egipto, Sudán y Etiopía. Aparte de estos tres, los países que conforman la cuenca del Nilo son Burundi, Ruanda, Tanzania, Kenia, Uganda, República Democrática del Congo, Eritrea y Sudán del Sur. La cuenca supone el 10% de la superficie total del continente africano; además, como bien indica Lumumba (2007), se caracteriza porque en sólo 25 años la población de los países ribereños pasará de 160 millones a 320, doblándose. Dichos estados son inestables, tienen altos porcentajes de pobreza y se enfrentan a un problema de frecuentes sequías, por lo que el acceso a los recursos hídricos se ha vuelto un punto importante en sus respectivas agendas nacionales.

            Cada vez son más los países ribereños que reclaman la derogación de los viejos privilegios de Egipto y Sudán sobre las aguas del gran río. Como veremos, la construcción de una megapresa en Etiopía es el mayor desafío que se ha planteado nunca a la preeminencia egipcio-sudanesa. En cualquier caso, el asunto no es nuevo, habiendo sido siempre un tema candente en las relaciones entre Etiopía y Egipto (Erlikh, 2002).

La Gran Presa del Renacimiento Etíope

            La Gran Presa del Renacimiento Etíope es un viejo sueño acariciado durante mucho tiempo por Etiopía[1], el cual se está llevando a cabo con celeridad. Sin embargo, no se construye en el cauce principal del Nilo -el Nilo Blanco, que no pasa por Etiopía-, sino en su principal tributario, el Abbay o Nilo Azul, que, además de aportar la parte del león de las aguas del Nilo, es el principal río de Etiopía. Pese a esto, hasta la fecha el aprovechamiento de sus aguas por los etíopes ha sido más bien escaso, debido a los tratados sobre la explotación de las aguas del Nilo que reparten sus aguas entre Egipto y Sudán y niegan cualquier derecho a Etiopía.

            Los detalles del proyecto etíope reflejan su magnitud : la nueva presa será la mayor productora del energía de todo el continente africano con sus 6.000 MW de potencia, lo que se traduce en 15.692 GW anuales. La presa principal mide 1.780 m de ancho y 145 m de alto, mientras que la auxiliar cuenta con 4.800 m de ancho y 45 m de alto. La capacidad hídrica es igualmente impresionante: cubrirá una superficie de 1.680 km2 con nada menos que 63 billones de metros cúbicos de agua[2].

            Los beneficios de la construcción de esta presa, promovida por el recientemente fallecido presidente Zenawi como la estrella de sus planes de desarrollo de infraestructuras, incluyen la creación de miles de hectáreas de regadíos tanto en Etiopía como en Sudán, además de la posibilidad de enviar la energía generada a Addis Abeba o a Jartum, la capital sudanesa, ya que ambas ciudades tienen una creciente demanda eléctrica paralela a su fuerte crecimiento demográfico.

La Presa del Renacimiento Etíope se ha convertido en un motivo de orgullo para los etíopes, que saludan la construcción de este buque insignia del desarrollismo con alborozo[3].

Imagen virtual de la presa del Renacimiento

Vista en 3D de la presa en construcción

Los tratados del Nilo

La presa etíope violaría los acuerdos firmados durante la época colonial y poscolonial sobre el aprovechamiento de las aguas del Nilo. En el firmado en 1929 durante el dominio colonial inglés, se garantizaba a Egipto que tendría poder de decisión sobre cualquier obra que se efectuase en la cuenca, incluido el Lago Victoria. Esto suponía que si Sudán quería construir una presa en Sennar con fines irrigatorios, debía contar con el beneplácito egipcio. El reparto de aguas quedaba así: a Egipto le correspondía cada año unos 48 billones de metros cúbicos (92,3%), mientras que Sudán podía emplear 4,4 billones de metros cúbicos (el 7,7% restante) (Lumumba, 2007).

Cabría mencionar aquí que durante la época colonial el Imperio Británico llegó a sugerir al emperador Haile Selassie la construcción de una presa en el lago Tana que permitiese regular las aguas del Nilo y revolucionar el sistema de irrigación de la cuenca. El plan se atenía al sueño británico de lograr un control absoluto de toda la cuenca del Nilo, por lo que se pedía a Etiopía la cesión de la parte oeste del país al Reino Unido, algo que fue obviamente rechazado (Erlikh and Gershoni, 2000).

La construcción de la presa de Asuán en 1952 cambió el status quo. La superficie del embalse se internaba en territorio sudanés, país que acaba de independizarse, lo que hizo necesario actualizar el acuerdo de 1929[4]. Dicho nuevo reparto de las aguas del Nilo se firmó en 1959, sin que hubiera cambios en la cuota de agua correspondiente a cada país. Nuevamente no se invitó a Etiopía, país del que proceden el 80% de las aguas, ni a ningún otro estado ribereño del Nilo, envueltos en esos momentos en sus propios procesos de descolonización del Reino Unido. Este nuevo acuerdo facilitó la creación de un extenso plan de control de los recursos hídricos en ambos países mediante la construcción de multitud de presas (Mekonnen, 2010).

Una potencia emergente que necesita energía

La República Federal Etíope es desde 1995 un oasis de estabilidad si lo comparamos con el resto de países del Cuerno de África. A pesar de haber sufrido graves sequías, hambrunas asociadas a éstas y de varios conflictos militares internos –insurrecciones separatistas- y externos –guerras con Eritrea-, desde hace unos años la economía etíope crece de manera exponencial, estando entre los cinco primeros países del continente y los diez primeros del mundo que más crecen al año[5].

Con una población de 93.000.000 de habitantes que acaba de desbancar a Egipto del puesto de segundo país más poblado de África[6], Etiopía necesita mucha energía, y más teniendo en cuenta que en 2001 sólo se había desarrollado el 3% del potencial hidroeléctrico del país; además, el 83% de la población carece de acceso a la electricidad, siendo tradicional el empleo de biomasa como combustible para uso doméstico, con el consiguiente impacto medioambiental negativo (Hammond, 2013) . El gabinete del recientemente desaparecido Zenawi optó por un plan de construcción de centrales hidroeléctricas que permita al país acabar con dos problemas que han lastrado su crecimiento económico desde siempre: las sequías y su raquítica producción eléctrica. Para ello, se ha ideado un ambicioso plan de presas en proyecto o en ejecución por toda la geografía nacional[7].

¿Hacia una solución del problema de la cuenca del Nilo?

En este breve ensayo hemos intentado exponer la complejidad del problema de las aguas del Nilo y su gestión por parte de los países ribereños, del que la construcción de la Presa del Renacimiento  Etíope no es más que otro nuevo capítulo.

Partiendo de la base de que todos los países de la cuenca del Nilo tienen el mismo derecho a beneficiarse de la explotación de sus aguas, esto les obliga a pactar en plano de igualdad cualquier tipo de obra de gran envergadura -presas, especialmente- que quiera ejecutarse en el gran río africano, a fin de que todos puedan beneficiarse de la construcción o, al menos, que dichas grandes obras no perjudiquen a nadie. En cualquier caso, debemos tener en cuenta la delicada situación de Egipto, Sudán y, en menor medida, Sudán del Sur, países hidrológicamente dependientes del gigante fluvial, para quienes un uso hidrológico abusivo aguas arriba podría suponer una catástrofe humana y medioambiental.

La necesidad de una gestión conjunta y controlada de las aguas del Nilo por parte de todos los países de su cuenca no es algo nuevo. Es cierto que en 1999 todos los países ribereños del Nilo crearon la Nile Bassin Initiative como organismo que había de ocuparse de dicha gestión, pero aún hoy se ciernen muchas dudas sobre su futuro, en especial porque Egipto y Sudán no están dispuestos a perder sus privilegios hidráulicos, y también por la extrema pobreza de algunos de sus miembros (Kameri-Mbote, 2005).

Además, recientemente también Uganda se ha sumado al grupo de países que reclaman su legítima parte en la gestión del aguas del Nilo, revitalizando un viejo proyecto de construcción de una gran presa de producción hidroeléctrica gracias a la concesión de un préstamo chino de 500 millones de dólares (Biryabarema, 2013).

Tras el golpe de estado del pasado 3 de julio, queda por ver cuál será la posición del nuevo ejecutivo egipcio, fuertemente militarizado, ante la presa etíope. Lo deseable sería que los egipcios, junto con Sudán, dejasen de esgrimir viejos privilegios obtenidos en tiempos coloniales y realizasen un acercamiento diplomático a Etiopía, ofreciendo su ayuda técnica para la ejecución del proyecto, al tiempo que exigen que éste sea sostenible en términos de explotación hidráulica para los tres países, y que los beneficios de la construcción de tal proyecto sean repartidos de algún modo entre todos los estados ribereños.

Finalmente, urge que los estados ribereños del Nilo fortalezcan el papel de la NBI a fin de que sea este organismo, y no otro u otros, quien arbitre las disputas entre los países miembros a fin de establecer un reparto equitativo de las aguas.

Bibliografía

BIRYABAREMA, E. 2013. China revives Uganda’s biggest power dam with $500 million credit. Reuters [Online]. Available: http://www.reuters.com/article/2013/06/14/us-uganda-electricity-idUSBRE95D0EP20130614.

ERLIKH, ?. 2002. The cross and the river: Ethiopia, Egypt, and the Nile, Lynne Rienner Publishers.

ERLIKH, ?. & GERSHONI, I. 2000. The Nile: Histories, Conflicts, Myths, Lynne Rienner Publishers.

HAMMOND, M. 2013. The Grand Ethiopian Renaissance Dam and the Blue Nile: Implications for transboundary water governance.

KAMERI-MBOTE, P. 2005. From conflict to cooperation in the management of transboundary waters: The Nile experience.

LUMUMBA, P. L. O. 2007. The Interpretation of the 1929 Treaty and its Legal Relevance and Implications for the Stability of the Region. African Sociological Review/Revue Africaine de Sociologie, 11.

MEKONNEN, D. Z. 2010. The Nile basin cooperative framework agreement negotiations and the adoption of a ‘Water Security’paradigm: Flight into obscurity or a logical cul-de-sac? European Journal of International Law, 21, 421-440.

[1] No en vano, durante el siglo XX se plantearon varios proyectos de construcción de presas en el cauce del Nilo Azul, aunque ninguno de ellos llegó a ser puesto en marcha. Recomendamos la lectura de la obra de Erlikh (2002) para más información a este respecto.

[2] Los datos son consultables en la página web de la Ethiopian Electric Power Corporation, empresa responsable del desarrollo del proyecto: http://www.eepco.gov.et/abouttheproject.php?pid=1&pcatid=2, y también en la propia página web del proyecto: http://grandmillenniumdam.net/

[3] A pesar del incipiente desarrollo de internet en Etiopía, la aparición de ciberactivistas a favor de la presa es un hecho notorio. Sirvan como ejemplos la página  http://www.supportgerd.org, o diferentes grupos de usuarios en redes sociales, como el de Facebook Millenium Dam Support Group (https://www.facebook.com/groups/MilleniemDam/?hc_location=stream).

[4] Sudán obtuvo la independencia en 1956.

[5] Según el Banco Mundial, el crecimiento medio de la economía etíope es del 10,6 % anual. Datos disponibles en su web: http://www.worldbank.org/en/country/ethiopia/overview

[6] Los datos sobre la población etíope se basan en estimaciones. En este caso, hemos recogido el dato ofrecido por el The World Factbook de la CIA: https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/et.html. El último censo realizado en Etiopía daba una población de 73.750.932 habitantes. Esta información es consultable en la página de la Central Statistical Agency etíope: http://www.csa.gov.et/

[7] Dicho plan es consultable en la página web de la Ethiopian Electric Power Corporation: http://www.eepco.gov.et/projectcat.php?pcatid=2

Cartel Presa del Renacimiento

Collage general de la Presa

Las lluvias anegan Addis Abeba

Addis inundada

Las calles de la capital etíope, inundadas. Fuente: AddisFortune

Noticia original publicada en Tendencias21.

Las calles de Addis Abeba se convierten en obstáculos anegados y embarrados, y empeoran con el aumento de aguaceros durante la estación lluviosa, que en Etiopía se extiende de julio a septiembre. Desconocidos se dan la mano para ayudarse a sortear los charcos y no resbalar en el intento.
Los sistemas de drenaje sostenibles no son un tema apasionante, pero adquiere cada vez mayor importancia en este país, y en especial en Addis Abeba, a medida que esta capital se expande, aumentan las obras de construcción y la población y, con ella, la demanda de agua potable y accesible. Mientras, la lluvia sigue cayendo.
“A Etiopía la llaman la torre de agua de África, pero parece más la autopista del agua por la escorrentía (agua que discurre sobre cualquier superficie cuando llueve) y la falta de capacidad de retención”, opinó Manaye Ewunetu, director gerente de ME Consulting Engineers, con sede en Londres. Este especialista trabaja en Gran Bretaña y en Etiopía desde hace muchos años.
La topografía montañosa de este país hace que su capacidad de almacenamiento sea relativamente baja, alrededor de 30 por ciento, en comparación con otros lugares como Australia, que se acerca al 80 por ciento.
El problema afecta a una población de 92 millones de habitantes, que según proyecciones del Banco Mundial, aumentará a 145 millones para 2050.»Tengo que poner la alarma del celular para despertarme a media noche. Salgo de la cama y me junto con los vecinos a hacer cola en un grifo público. Puedo llegar a estar tres horas antes de volver a acostarme”, Meleshew Nega, de 24 años.
En las ciudades, este problema tiene características particulares, como es el caso de Addis Abeba, con una población que aumentó de 2,7 millones de habitantes, en 2008, a los actuales tres millones, según algunas estimaciones, y la Agencia Central de Estadísticas pronosticó que podrían superar los cinco millones en 2037.
Esta ciudad adquiere mayor importancia internacional al ser sede de la Unión Africana, de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas y de muchas otras organizaciones internacionales, embajadas y consulados.
La consultora A. T. Kearney, que elabora todos los años un Índice Global de Ciudades en función de sus perspectivas de emergencia, ubicó a Addis Abeba detrás de Yakarta y Manila como la tercera con más probabilidades de mejorar en su posicionamiento global.
“Con los actuales índices de mejoría, la capital de Etiopía está entre las ciudades que avanza más rápido, a pesar de las distancias, la equidad de ingresos, la salud y la transparencia empresarial”, señala el informe de la consultora con sede en Nueva York.
A pesar de los aplausos, la rapidez con que se desarrolla esta ciudad -que según otras estimaciones podría tener casi cinco millones de habitantes y llegar a ocho millones en 2030, amenaza con arrollarla, así como a los ríos y los arroyos que motivaron su fundación en 1886 como la Nueva Flor, la traducción de su nombre en amhárico.
La inadecuada gestión de residuos y el mal funcionamiento de los drenajes, así como la escorrentía de desechos industriales y de estaciones dispensadoras de combustible y la descarga en fuentes de agua crean significativos problemas de salud en la ciudad. Y todo se exacerba con las inundaciones.
“Las inundaciones plantean un problema sanitario significativo porque acarrean agentes patógenos y contaminantes que envenenan las fuentes de agua y de alimentos”, explicó WendwosenFeleke, especialista en agua y saneamiento de la oficina local del Banco Mundial, en entrevista con IPS.
El Ministerio de Salud destina unos 700.000 dólares al año al tratamiento de enfermedades derivadas del agua contaminada. Esta estimación no incluye otros impactos económicos como la pérdida de tiempo y de ingresos por no trabajar.
“El alcantarillado inadecuado puede deteriorar o hasta destruir la infraestructura, la que no llegaría a cumplir su vida útil”, dijo a IPS el especialista en transporte James Markland, quien también trabaja en la oficina local del Banco Mundial. “Esto reduce la eficacia económica de inversiones sustanciales”, puntualizó.
A eso se suma que la disponibilidad de agua las 24 horas del día es algo desconocido en esta ciudad, a pesar de que suelen caer alrededor de 1.180 milímetros de agua al año, apenas un poco menos que en la lluviosa Gran Bretaña.
La norma en la mayoría de los hogares de Addis Abeba es llenar con agua varios recipientes cuando hay servicio. En algunas partes es en las primeras horas de la mañana y, en otras, tarde en la noche.
“Tengo que poner la alarma del celular para despertarme a media noche”, relató Meleshew Nega, de 24 años. “Salgo de la cama y me junto con los vecinos que hacen cola en un grifo público. Puedo llegar a estar tres horas antes de volver a acostarme”, apuntó
Las autoridades son conscientes de la incesante expansión de Addis Abeba y existe un plan maestro para mitigar su crecimiento descontrolado y prever esfuerzos para modernizarla en los próximos 25 años.
Algunos críticos sostienen que el plan maestro no atiende correctamente el problema del agua.
“A menos que se agregue un plan maestro de saneamiento, el plan maestro será un caos”, opinó Manaye, quien ha sido testigo de la expansión de la ciudad en los últimos 27 años gracias a sus frecuentes viajes desde Gran Bretaña.
A pesar de que los departamentos de la ciudad y del país producen guías necesarias, la falta de coordinación y de voluntad se traduce en un deficiente trabajo tangible en el terreno, añadió.
“Los problemas surgen por la falta de integración”, dijo Teshome Worku, de CORE Consulting Engineers, en entrevista con IPS. “El plan maestro no abarca a las diferentes disciplinas ni personas necesarias”, precisó.
Aprovechar al máximo los cursos de agua, así como estanques existentes, para absorber la escorrentía ayudará a mejorar el atractivo de la ciudad y a ofrecer grandes oportunidades de inversión en recreación y turismo, indicó Manaye.
“Hay un enorme potencial para la regeneración de Addis Abeba”, dijo con optimismo. “El agua le da vida a la ciudad”, remarcó.
Las cuestiones relacionadas con el agua, los ríos y las escorrentías tienen cada vez más prioridad debido a las consecuencias del cambio climático. El resultado, según los que promueven mejores sistemas de drenaje, es la necesidad de pensar la gestión del agua y el saneamiento de forma radicalmente distinta en todos los niveles. Pero eso puede ser difícil dada la tendencia de la población etíope a aceptar las dificultades, soportarlas y adaptarse.

Selam – Nace el blog Reino de Aksum

Virgen IBO Sellada

Bienvenidos a esta nueva andadura digital. Desde este pequeño blog intentaremos aportar más información sobre esa gran desconocida que es Etiopía para la mayoría de los hispanohablantes. No pretendemos más que mostrar pequeños retazos de la compleja realidad de una cultura milenaria, comparable en riqueza a Roma, Grecia o Persia y, sin embargo, tan injustamente ignorada.

Comenzamos con la palabra de saludo por excelencia en Etiopía, Selam (???, sälam, que significa paz), similar a las expresiones Shalom y Salam de hebreos y árabes, respectivamente.

Sed, pues, bienvenidos. Esperamos que sea de vuestro agrado.

Genna, la Navidad etíope

Imagen

La Navidad etíope difiere en muchos aspectos de la nuestra, aun teniendo ambas el mismo origen y significado. Mientras nosotros la celebramos en una fecha fija, el 25 de diciembre, en Etiopía lo hacen de un modo cíclico por las peculiaridades de su calendario, pues el día de gänna (Genna o Navidad) cae el 29 del mes de Tahsas durante 3 años, y el 28 de Tahsas el cuarto año. Ninguno de los dos días coincide con nuestro día de Navidad, ya que, como los etíopes emplean un calendario basado en el juliano, su Navidad comienza en nuestro mes de enero. Además, el día de Navidad ha de celebrarse nueve meses y cinco días después de la Anunciación para así cumplir con el período de gestación.

 Imagen

Celebrando la Navidad en Lalibela

Esto no es exclusivo de Etiopía. Mientras la cristiandad occidental adoptó en el siglo XVI el calendario gregoriano, el resto de cristianos siguen usando el juliano, anterior al gregoriano y más inexacto, y que no coincide con aquél en fechas ni en el cálculo de fiestas como la Pascua. Para hacerlo más complicado, los etíopes emplean su propio calendario, basado en el Copto egipcio, y que es muy similar al juliano clásico. El término gänna es un préstamo del griego genna (nacimiento), ya que en ge’ez también puede usarse la palabra local Lidet, con el mismo significado.

La Navidad es una fiesta alegre en Etiopía, ya que se celebra el nacimiento de Cristo, quien se hizo hombre para salvar a la humanidad del pecado.  La importancia de esta fiesta exige el sacrificio de numerosas cabras, bueyes y ovejas, y la preparación de grandes cantidades de cerveza casera (tella) para las comidas navideñas. Las familias ricas escogen carneros castrados o bueyes, mientras que las pobres se conforman con adquirir otros animales más baratos, generalmente aves. Las mujeres se esfuerzan a fondo preparando la cerveza, el tej (hidromiel), el pimiento chile bärbärre y las diferentes especias empleadas en la cocina etíope.

 Imagen

A la izquierda, un plato de doro wat. A la derecha, una botella de tej.

Como en toda fiesta, existe un código social que no debe ser infringido. Un hombre joven casado y modélico tiene sus obligaciones navideñas, debiendo regalar a sus padres un carnero o un cordero castrado; además, ha de invitar a sus suegros a  pasar el día de Navidad en su casa. También se adquieren ropas nuevas para toda la familia.

Una curiosa tradición de la Navidad etíope es el juego de gänna, una especie de hockey muy popular entre la gente joven y que se cree inventado por los pastores que recibieron la buena nueva del nacimiento de Cristo. Los niños obtienen los palos de los bosques cercanos a los poblados, eligiendo aquellos que acaban en forma curva, tras lo cual los decoran y los pasan por el fuego. Las pelotas se elaboran con cuero. Hasta el día de Navidad los niños juegan al gänna durante el día, mientras que los jóvenes lo hacen a la luz de la luna.

 Imagen

En la imagen superior, a la izquierda, mujeres rezando el día de Gänna. A la derecha, los hombres se preparan para jugar al gänna.

El día antes de Navidad, gad, es una jornada de ayuno que nunca puede ser omitida. Al amanecer del día de Gänna (Navidad), se visten de blanco con el tradicional shamma, consistente en una pieza de algodón con el que envuelven cabeza y cuerpo.  Acto seguido acuden a sus respectivas parroquias para asistir a los servicios religiosos, generalmente alrededor de las cuatro de la mañana. Tras la misa, la gente vuelve a casa, donde comienzan a sacrificar los animales que serán consumidos durante el día. La carne se prepara cruda, cocida o asada, reuniéndose los familiares próximos, y en ocasiones, los vecinos, para el banquete navideño. La bebida abunda, y no es raro que los hombres acaben borrachos. La comida por excelencia de Navidad es el doro wat, una especie de potaje de carne de pollo y verduras picantes, al que a veces se le añade huevo. El doro wat se sirve en una delgada lámina de injera, el pan etíope, elaborado a partir del teff.

 Imagen

Niños ataviados con los ropajes típicos de Navidad

Al acabar la comida, los niños se visten con sus prendas nuevas y corren al campo de juego del gänna, generalmente una tierra sin cultivar. Allí forman los equipos y eligen a sus respectivos capitanes. También cavan el agujero donde depositarán la pelota al comenzar el juego, y determinan qué lugares del campo hay que alcanzar para marcar. El juego es bastante duro, y no es raro que alguno de los jugadores acabe con un hueso roto.

Para finalizar, y como curiosidad, la expresión en amhárico para felicitar la Navidad es Mälkam Gänna / Melkam Genna (traducido como Feliz Navidad), que en caracteres etiópicos se escribe así:

መልካም ገና

 

Imagen

Ataviados con el shamma, los fieles acuden a Lalibela para rezar el día de Gänna.

Entradas siguientes »

© 2024 Reino de Aksum

Tema por Anders NorenArriba ↑