Adoración de los Magos. Ms. BN D’Abbadie 105. Biblioteca Nacional de Francia (París). S. XV.

Según la tradición etíope, cuando Cristo nació reinaba en Aksum el rey Bazen, un personaje enigmático cuyo nombre solo aparece mencionado una vez en las listas de reyes etíopes. Por lo demás, no aparece citado en ninguna otra fuente, ni epigráfica ni numismática.

¿Quién fue, entonces, este tal Bazen? Sencillamente, no lo sabemos. Tampoco se puede afirmar que siquiera existiese, o que su nombre no sea la corrupción del de otro rey, que también es plausible. En este caso, hablaríamos de Wazen (Ousanas en griego), cuya colección numismática es muy abundante.

En Aksum se conserva su supuesta tumba, la cual Juan José Ruscalleda visitó hace ya algún tiempo, compartiendo una serie de imágenes muy interesantes sobre su estado actual. Hoy es uno de los lugares más visitados de la antigua capital.

Y, sin embargo, a Bazen se le asocia con el episodio bíblico de los Reyes Magos. ¿Por qué? Difícil saberlo, ya que ni siquiera aparece citado en los abundantes textos etíopes que hablan de los mäsäggelan. Se trata de una invención, cuyas raíces son difíciles de rastrear, que incardina a Bazen como Rey Mago simplemente porque, como hemos dicho, su reinado coincidía con el nacimiento de Cristo.

Fuente: publicada por Eyob Derillo.

La Adoración de los Reyes, o mejor dicho, de los Magos, se refiere a la visita que varios sacerdotes persas hicieron al Niño Jesús de acuerdo al relato del Nuevo Testamento (Mt, 2: 1-12). Con ellos portaban tres tipos de regalos: oro, incienso y mirra. Pese a que el Evangelio no aporta demasiada información sobre ellos, pronto aparecieron nuevas tradiciones que indicaban que la visita se produjo cuando el niño tenía dos años, o que establecían el número de magos desde tres, la cifra que es hoy más popular, hasta doce. También el nombre del arcángel que les anunció en nacimiento varía: en algunos textos fue Raguel, en otros Gabriel o incluso Miguel. En la mayoría el hecho de que la estrella les guía se mantiene, pero en algunos manuscritos en el centro del astro se representa una imagen de la Virgen con el Niño.

A partir del siglo XIV, en Europa Occidental se dio a cada uno de los tres reyes un origen diferente, representando cada uno de ellos a los tres continentes que se conocían por entonces. Baltasar representa a África, por lo que su faz se presenta siempre oscura. Esto es una reminiscencia de la célebre leyenda del Preste Juan, el mítico rey-sacerdote que gobernaba un poderoso imperio cristiano al que se identificó con Etiopía durante la Baja Edad Media.

Una curiosa leyenda es la que asegura que ellos fueron de los primeros consumidores de café (que en realidad empezó a ser usado siglos después), ya que lo tomaban para mantenerse despiertos durante el viaje a Belén. Según la tradición, los nombre que reciben las tres veces que se sirve el café, Abol, Tona y Baraka, homenajean a los Reyes Magos. Si le preguntas a cualquier etíope, te responderá sin dudas que los tres Magos eran de su país.

Bibliografía

  • Lozano Alonso, M. (2019). Pedro Páez y las Fuentes del Nilo Azul. Diplomáticos, misioneros y aventureros en la Etiopía de los siglos XVI y XVII. Madrid: Fundación Universitaria Española.
  • Phillipson, D. W. (2012). Foundations of an African Civilisation: Aksum and the Northern Horn, 1000 BC-1300 AD. Boydell & Brewer Ltd.
  • Witakowski, W. (2007) «Magi». En: Encyclopaedia Aethiopica, vol. 3. Wiesbaden: Harrassowitz Verlag. Pp. 634, 635.

Por favor, no plagies. Si deseas citar este artículo, puedes utilizar esta fórmula: LOZANO ALONSO, Mario. “El rey Bazen, los Reyes Magos y Etiopía”, en Reino de Aksum (blog). Publicación: 05/01/2021. Consultado el [añadir fecha]