Pocas veces se encuentran obras literarias que supongan auténticas sorpresas para el lector como fue para mí la lectura de El Abisinio, escrito por Jean-Christophe Rufin. Debo reconocer que comencé a leerlo con mucho escepticismo, sobre todo tras escuchar la opinión de una persona muy cercana a mí que fue incapaz de terminarlo al juzgarlo «muy lento y en ocasiones aburrido».
Sin embargo, me decidí a leerlo aunque sólo fuera porque trata sobre Etiopía, mi gran pasión. Mi sorpresa fue mayúscula cuando empecé a leer las primeras páginas: no sólo la historia que narra es apasionante, sino que, además, el modo en que está escrito es magnífico, extremadamente cuidadoso y con un punto poético que, a pesar de todo, nunca cae en la pedantería.
El libro se basa vagamente en una historia real, la del médico y boticario Jean-Charles Poncet, que fue embajador de Luis XIV en la corte del emperador etíope Iyasu I entre 1699 y 1702. De él hablaremos más adelante en otra entrada del blog.
Para resumir el contenido, baste explicar que la historia gira alrededor de un farmacéutico francés de espíritu aventurero y alma errante, Jean-Baptiste Poncet, que reside en El Cairo acompañado por su fiel amigo, el hugonote Juremi. Tras llegar a sus oídos la fama de sanador del joven Poncet, el cónsul francés en Egipto, de cuya hija se enamora, le encarga que acompañe a un jesuita a Abisinia con el fin de curar una extraña enfermedad que sufre el Negus y, de paso, permitir que los jesuitas vuelvan a instalarse en el país para convertirlo al catolicismo. Huelga decir que no continuaré contando nada a fin de no estropear la lectura a nadie.
Pese a no tratarse de una obra demasiado descriptiva (¿quizá para no cargar demasiado el texto?), la recreación que realiza de la Etiopía del siglo XVII es bastante acertada, aunque en ocasiones tienda a exagerar costumbres -las mujeres abisinias no se acostaban de aquella con cualquiera, por ejemplo-, se centre exclusivamente en una imagen demasiado estereotipada de lo etíope como algo «muy africano», o ignore la importancia de emplazamientos como Aksum, ciudad que los personajes principales visitan pero de la que no dicen nada. A pesar de estas cuestiones, cabe reconocer que el autor se documentó para elaborar los pasajes del libro que transcurren en tierras etíopes.
Para concluir, recomiendo la lectura de este libro, y más si tenemos en cuenta que no es habitual encontrar en las estanterías de cualquier librería obras que hablen de Etiopía, ese fascinante país del que, por desgracia, se sabe tan poco en el mundo occidental.
Datos generales
Título: El Abisinio
Autor: Jean-Christophe Rufin
Páginas: 560
Año de edición: 1997
Dónde adquirirlo: actualmente se encuentra descatalogado. Algunas copias de segunda mano pueden adquirirse en portales como Ebay. Sin embargo, es fácilmente accesible en cualquier biblioteca pública.
Hola como estas, llegué a tomar conocimiento de este libro al ver otro de este autor,imagino que ya lo conocerás, se llama «El cerco de Ispahan», del cual he estado buscando reseñas para decidirme a comprarlo o no, es allí cuando descubrí a «El Abisinio», pero tengo una duda y quisiera que pudieras ayudarme, mi consulta hacia vos es si leo primero a «El cerco…» no entenderé la historia, si es necesario leer ambos libros o no, y si el orden no varía en la interpretación que haga en la lectura. Muchas gracias por tu atención
Estimada Gabriela: hasta donde sé, ya que no he leído «El cerco de Ispahán», este sería la continuación de lo descrito en «El Abisinio». Saludos y gracias por comentar.
El Abisinio me ha parecido una novela histórica excelente y muy necesaria, ya que en Occidente se ignora la historia de Etiopia y su gran imperio. También aporta de manera contundente una visión clara de las intrigas y enfrentamientos entre los jesuitas y los capuchinos en su guerra religiosa por «salvar almas» en Africa y Oriente. Muy recomendable. Me ha recordado al gran Amin Maalouf y su maravillosa novela «Las escalas de Levante».