Cultura etíope y eritrea

Categoría: Etiopía (Página 3 de 4)

Efemérides – Batalla de Embabo (6 de junio de 1882)

Efemérides

El 6 de junio de 1882 se libraba en los campos de Embabo (????, Horo Guduru, Oromia) la batalla entre las tropas de los reyes Menelik II de Shewa (Šäwa) y Täklä Haymanot de Gojjam  (Go??am), en la que salieron victoriosas las tropas del primero. Se calcula que un quinto de las tropas de Gojjam murieron durante el combate, e incluso Täklä Haymanot fue apresado por las tropas shewanas.

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Diario de un viaje por Etiopía – Gondar (2ª parte), Montañas Simien y Gorgora (V)

Baños de Fasiladas, Gondar.

Continuamos nuestro recorrido por Etiopía en el tercer episodio de nuestro diario de viaje. El original se publicó el 25 de septiembre en el diario digital leonés ileon.com. Todas las fotos y vídeos han sido tomados para este blog.

Los baños de Fasiladas y el palacio de Kuskuam

Hacia el oeste del centro urbano de Gondar encontramos los Baños de Fasiladas, una construcción curiosa a los ojos del europeo. Se trata de un pabellón almenado elevado por varios arcos en medio de un estanque. Accesible a través de un puente de dos arcos, parece un pequeño castillo con sus ventanas de ladrillo rojo y sus balcones.

Aunque hoy se utiliza casi exclusivamente para las ceremonias religiosas del Timkat, en origen su uso era mucho más lúdico y profano. Cerca de Gondar, en Azazo, el emperador Susenyos hizo construir un pabellón en un estanque muy similar al de Gondar, aunque anterior. Hoy sólo quedan sus cimientos, pero las crónicas dicen que lo construyeron los jesuitas –de nuevo la alargada sombra de Páez y sus camaradas- para que el emperador pudiera deleitarse desde el balcón observando cómo sus súbditos navegaban por el estanque a bordo de pequeñas tankwas. El lugar, apartado del ajetreo urbano, tiene un ambiente especial que lo convierte en uno de los monumentos más bonitos de la ciudad.

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Las elegantes ruinas de la sala de recepción de la reina Mentewab, en Kuskuam.

El palacio de Kuskuam se ubica en una colina a poniente, ya a las afueras de Gondar. El paseo hasta allí bien vale la pena, ya que atravesamos un área de transición entre la ciudad y el campo. Por su belleza, se entiende que fuese el lugar favorito de la reina Mentewab, quien ordenó construir un palacio para retirarse del mundanal ruido. La iglesia original, que debió albergar impresionantes pinturas del Segundo Estilo Gondarino, fue destruida por los mahdistas sudaneses en 1888 y reconstruida por Haile Selassie ya en el siglo XX. El resto del complejo, compuesto por el palacio de retiro de la reina, nunca fue reconstruido, formando una especie de pequeño Fasil Ghebbi. Aún hoy puede verse la fachada de la sala de recepciones, los restos del área de baños y el oratorio que usaba la reina cuando, por la restricción eclesiástica etíope, no podía entrar en la iglesia durante la menstruación. En el pequeño museo del complejo se conservan, en un minúsculo ataúd acristalado, los esqueletos de Mentewab, su hijo Iyasu II y su nieto Iyoas.

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Piazza, el centro urbano de Gondar, presidida por la estatua del emperador Tewodros.

Por último, no quiero dejar de hablar del agradable barrio de Piazza, el centro urbano, construido durante la ocupación italiana. Lleno de edificios racionalistas, tan al gusto del Fascismo, algunos son ciertamente valiosos, como la oficina de correos, que preside la plaza principal. Justo enfrente se encuentra el Ethiopia Hotel, con un bar de indudable sabor italiano.

El pueblo judío

A unos pocos kilómetros al norte de Gondar se encuentra el pueblo de Wolleka, uno de los muchos antiguamente habitados por los falashas, los poco apreciados judíos etíopes. Estos hebreos, que se autodenominan Beta Israel (Casa de Israel), huyeron de siglos de marginación en los 80 tras cruzar en durísimas condiciones –muchos murieron- la frontera sudanesa y embarcarse en aviones rumbo a Israel, donde hoy viven en su mayoría. Sus vecinos cristianos consideraban que eran buda, portadores del mal de ojo, evitando entrar en contacto con ellos y permitiéndoles trabajar sólo en ciertos trabajos artesanos (herreros, tejedores, etc.).

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Exterior de la sinagoga de Wolleka, a las afueras de Gondar.

Hoy en los poblados apenas quedan vestigios de su presencia. Tan sólo en éste de Wolleka existe un mercadillo de productos presuntamente judíos, ubicado estratégicamente en la carretera, y un modesto edificio de barro que sirvió de sinagoga. Lo único que lo distingue es la tosca estrella de David que lo corona, ya que en su interior sólo el banco corrido de la pared parece indicar un cierto uso ritual.

Las montañas Simien

El espectacular paisaje de las montañas Simien es tan escarpado que tradicionalmente ha sido refugio de fugitivos. En la edad media se formó en ellas el reino de los Gedeones, una formación política judía que fue conquistada en el siglo XVII.

Un consejo: si puedes, visítalas cuando no sea la estación de lluvias, ya que nosotros lo hicimos en esa época y la niebla nos aguó la experiencia. Al ser tan cerrada que apenas se puede ver nada a diez metros, impide divisar las afiladas formas de los picos, de los cuales varios están por encima de los 4.000 metros, los espectaculares valles, gargantas y la catarata de Jinbar, que se desploma a más de 500 m. De los tres días que, en origen, habíamos reservado para acampar en ellas y hacer rutas de senderismo, al final se quedaron en uno solo debido al mal tiempo.

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Una colonia de babuínos Gelada. Y la sempiterna niebla…

Pero, si sólo se puede visitar las Simien en la estación lluviosa, no pasa nada. Con un día puede ser suficiente para, desde Gondar, contratar un viaje guiado. Tras la hora y media que se tarda en llegar a Debark, principal ciudad de la zona, en la oficina del parque nacional podemos comprar la entrada y contratar la seguridad que, según los funcionarios, es importantísima (aunque opcional). Desde la ciudad comienza la pista de grava que lleva a las montañas.

Debido a la forma alargada del parque nacional, la carretera principal nunca queda demasiado alejada de los senderos que tomaremos para explorar el área. De vez en cuando, es fácil encontrarse con babuinos gelada, una especie que sólo vive en las Simien. Aunque nos podemos acercar mucho a ellos, es mejor no intentar tocarles –pueden morder- y, por supuesto, no darles nada de comer. Otras especies del parque son más esquivas, como los preciosos lobos etíopes –más parecidos a un zorro-, o las cabras montesas walia.

En la estación seca se puede disfrutar mejor de estas montañas. Muchas empresas organizan rutas de senderismo de varios días que pueden acabar con el ascenso al Ras Dashen, el pico más alto del país (4.550 m.), e incluso, si hay tiempo y ganas, llegar a Lalibela.

Restos de la iglesia jesuítica de Gorgora Nova. Foto: Víctor M. Fernández.

La península de Gorgora

Gorgora, la bonita península al norte del Lago Tana, es un nuevo destino turístico al alza en el norte etíope. Gracias a la construcción de una nueva carretera que la unirá con Gondar, es de esperar que el tiempo de viaje baje de la hora y media que ahora suponen los 66 km. Además, se están construyendo nuevos hoteles que permitirán aumentar y mejorar notablemente la escasa oferta existente. Se puede llegar al lugar en minibús desde Gondar, o contratando un vehículo privado, la opción más cara.

Pero, ¿y qué hay que visitar allí? Nada menos que los restos de Gorgora Nova (Maryam Ghimb), un complejo palacial y misional construido por los jesuitas de Pedro Páez para el emperador Susenyos. Accesible tras una larga caminata de unas cuatro horas o en bote desde Gorgora –la opción más rápida, una hora larga de trayecto-, se ubica soberbio en una península que se adentra en el lago Tana. Los restos de la iglesia (1618-1621), de un estilo jesuítico claro, aún muestran detalles arquitectónicos de origen peninsular. A su lado, menos espectaculares, yacen las ruinas del complejo palaciego y residencia jesuita. El propio Páez describe el palacio así:

“Pero el emperador Seltán Zegued [nombre de coronación de Susenyos] hace, en una península de la laguna de Dambiá [el lago Tana], a la que ellos llaman mar, unos palacios hermosos de piedra blanca bien labrada, con sus aposentos y salas; la de arriba tiene cincuenta palmos de largo, veintiocho de ancho y veinte de alto, que por ser allí muy fuerte el viento en invierno y la casa de abajo también ser alta, no la levantaron más. Sobre la puerta principal tiene una balconada grande y hermosa, y en los flancos, dos más pequeñas con muy buena vista. La madera casi toda es de cedro, muy hermosa; y las salas y un aposento de arriba, donde duerme el emperador, con muchas pinturas de varios colores. Es de terrado encalado, y el parapeto alrededor con columnas muy hermosas, y sobre sus capiteles, bolas grandes de la misma piedra, pero en las columnas de las cuatro esquinas, bolas de cobre dorado con hermosos remates. Sobre la escalera, por la que se sube al terrado, se levanta otra casa pequeña con tres ventanas grandes, que le sirve de mirador, porque además de estar la casa situada en lo más alto de la península, que es grande, tiene sesenta palmos de alto; y así toda la ciudad, que también hizo nueva, le queda debajo […]”. Páez, P., Historia de Etiopía. Libro I, pág. 256. Edición en español publicada en 2014 por Ediciones del Viento (A Coruña).

Hay otros restos de la presencia jesuita en Gorgora, aunque menos impresionantes. Cerca, en la cima más alta de la península, se encuentra el Faro de Mussolini, construido por los italianos en 1938 para conmemorar su victoria. El objetivo era que proyectase una luz visible desde Bahir Dar, al otro lado del lago, pero tras la liberación del país permanece en desuso, aunque desde él se tienen unas vistas espléndidas del Tana. El lugar aparece en películas del cine etíope como Teza.

Diario de un viaje por Etiopía – Gondar, la ciudad de las 44 iglesias: Fasil Ghebbi (IV)

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Castillo de Fasiladas.

Llegar a Gondar en minibús desde Bahir Dar es una pequeña aventura para la que hay que armarse de paciencia. Nada más entrar a la estación de autobuses, multitud de conductores de minibús intentarán llamar nuestra atención para que les escojamos. La clave está en elegir un vehículo que no sea demasiado antiguo y, sobre todo, que esté casi lleno, ya que los minibuses salen de la estación a medida que se van llenando, lo cual puede llevar un tiempo indeterminado. En cualquier caso, el flujo de los que van y vienen entre ambas ciudades es constante a lo largo del día, ya que muchos conductores, cuando llegan a Gondar, cargan más pasajeros para volver a Bahir Dar, y viceversa.

La carretera es muy moderna, de construcción china, aunque sin arcenes. El recorrido puede hacerse en unas tres horas, pero nosotros tardamos casi cuatro horas por la intensa lluvia.

Ante la insistencia del conductor, colocamos nuestras mochilas en la baca del vehículo. Craso error, porque la supuesta tela impermeable que los cubría resulto no serlo, por lo que nuestro equipaje llegó a Gondar calado. A pesar de todo, el viaje mereció realmente la pena, ya que el trayecto entre ambas ciudades es de una belleza abrumadora. Las montañas de las Tierras Altas se presentan ante nosotros en todo su esplendor, anunciándonos que estamos cada vez más cerca de las montañas Simien, donde se encuentran las cumbres más altas del país.

Fasil Ghebbi

Gondar es una de las ciudades más bonitas de Etiopía. Ubicada sobre varias colinas suaves, si tenemos la oportunidad de contemplarla desde el mirador del hotel Goha lo primero que destaca es que los edificios parecen estar rodeados de vegetación. Antigua capital imperial, floreció entre los siglos XVII y finales del XVIII, entrando después en una larga decadencia. Gondar es conocida en el resto del país como la ciudad de las 44 iglesias y, aunque es cierto que hay muchas, parece más una exageración que un hecho factible.

La principal atracción turística de Gondar es el espectacular recinto palaciego del Fasil Ghebbi. A la mayoría de los turistas occidentales les sorprende la existencia de castillos similares a los europeos en este rincón del África Subsahariana, lo que lleva a muchos a preguntarse quién los construyó.

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Vista del conjunto del Fasil Ghebbi desde lo alto de la escalinata del castillo de Fasiladas.

La respuesta está en parte relacionada con Pedro Páez y los jesuitas, que trajeron al país técnicas constructivas europeas y numerosos artesanos indios. Al mezclar estos ingredientes con las artes tradicionales etíopes, desde el siglo XVII se comenzó a gestar el llamado arte gondarino. Tras la muerte de Páez en 1622, sus sucesores al frente de los jesuitas en Etiopía cometieron una serie de errores que acabaron provocando una cruenta guerra civil entre católicos y ortodoxos. Salieron victoriosos estos últimos, liderados por el hijo de Susenyos, Fasiladas, quien arrancó de raíz el catolicismo del país, expulsó  a los jesuitas y cerró el país a las influencias occidentales.

Fasiladas quiso emular en su tierra las grandes ciudades de las que oyó hablar a los jesuitas, por lo que eligió Gondar como asiento de su nueva capital. Hasta entonces, los emperadores etíopes viajaban errantes con su corte, que en ocasiones comprendía hasta 10.000 personas, instalándose en espectaculares campamentos provisionales que se movían a medida que agotaban la madera y los recursos del lugar. La decisión de Fasiladas fue tan importante que el deslumbrante periodo en que esta ciudad rigió los designios etíopes (1632-1769) recibe el nombre de Gondarino.

Romper una tradición centenaria bien merecía la construcción de nuevos e impresionantes edificios públicos que debían mostrar el poder imperial: el propio Fasiladas ordenó erigir una espectacular fortaleza en la que sobresale una suerte de torre del homenaje acompañada de tres torreones coronados por cúpulas. El propio aspecto del edificio sugiere una evidente influencia europea, especialmente por los arcos de ladrillos o las chimeneas del interior, pero también encontramos largas vigas de madera –tradición etíope- e incluso restos decorativos propios de la India musulmana. Aunque sus amplias salas están hoy vacías por siglos de pillaje, aún es fácil imaginar sus días de gloria y decadencia, como los que el genial Jean Christophe Rufin recrea en su obra El Abisinio. Por desgracia, no se puede subir a los pisos superiores para disfrutar de las espectaculares vistas de la ciudad.

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Palacio de Mentewab, Fasil Ghebbi.

Los emperadores sucesores de Fasiladas quisieron emularle añadiendo cada uno sus propios edificios, formando una mezcla heterogénea de iglesias, castillos, salas de banquete y edificios administrativos, destacando el palacio de la reina Mentewab. Todos se concentran en el gran óvalo del Fasil Ghebbi, conformando un conjunto monumental de gran belleza visual. A excepción de algunos edificios que han sido reconstruidos, la mayoría permanecen en ruinas. El recinto está delimitado por un muro en el que se abren doce puertas, si bien hoy sólo permanece abierta una. Llama la atención que entre las ruinas encontremos sofisticados baños turcos –en pésimo estado de conservación- o, incluso, jaulas de leones.

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Exterior de Debre Berhan Selassie.

Debre Berhan Selassie

Ubicada en una colina un tanto alejada del centro, encontramos la iglesia de Debre Berhan Selassie (Monte de la luz de la Trinidad), también Patrimonio de la Humanidad como el recinto palaciego. Llegar a ella supone un delicioso paseo de unos quince o veinte minutos a través de una colorida barriada gondarina.

Rodeada de un muro jalonado por trece torretas que representan a los Doce Apóstoles y a Cristo, se trata de una excepcional iglesia de planta rectangular, algo no muy común en esta zona del país, donde mandan las de planta circular. Construida a finales del siglo XVII por el emperador Iyasu I, quien originariamente construyó un templo circular –cuyos restos aún son visibles-, el cual fue sustituido por el edificio actual a comienzos del siglo XIX. Es la única iglesia que no fue destruida en 1888 por los derviches del Mahdi sudanés, quienes, según la tradición, fueron atacados por un enjambre de abejas.

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Trinidad y Calvario, entre otras escenas bíblicas, del interior de la iglesia de Debre Berhan Selassie.

Sin embargo, lo más interesante está en su interior, ya que está completamente cubierto por pinturas. Las pinturas datan de comienzos del siglo XIX y se encuadran en el Segundo Estilo Gondarino. No están pintadas al fresco, sino sobre un lienzo pegado a la pared. La tendencia del conjunto es al horror vacui, con multitud de escenas bíblicas. Al fondo de la nave se abren dos arcos que dan acceso al makdas o sancta sanctorum, donde se guarda la copia del Arca de la Alianza (Tabot). Justo encima vemos la representación de la Trinidad como tres ancianos barbados exactamente iguales. Pero lo más célebre de la iglesia es su techumbre, jalonada por decenas de cabezas de querubines, una de las imágenes más reproducidas en las postales del país.

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La célebre techumbre de los querubines.

La fiesta de Meskel (መስቀል)

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Cuadro «Demera», de Afewerk Tekle (1974). Museo Nacional de Etiopía.

Tras el año nuevo etíope, la siguiente gran fiesta en el calendario es la de Meskel (መስቀል Mäsqäl), en la que se celebra el hallazgo de la Santa Cruz por Santa Elena, madre del emperador Constantino. Por las diferencias de calendario, cae el 17 del mes de Mäskäräm, que coincide con el 27 de septiembre del calendario gregoriano.

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Santa Elena y la Cruz. Jan Van Eyck. Fuente: Wikimedia.

Los orígenes de esta festividad se remontan al siglo IV de nuestra era, cuando la emperatriz Elena viaja a Jerusalén para peregrinar a los santos lugares y, de paso, encontrar la cruz en la que fue crucificado Jesucristo. Desesperada por no poder encontrar tan preciada reliquia, se dice que, cuando quemaba grandes cantidades de incienso para pedir al Espíritu Santo que la ayudase, se formó una densa humareda con forma de arco que la guió al lugar donde estaba enterrada la Cruz. Inmediatamente, la reina ordenó excavar en aquel lugar, hallando pronto el objeto de su deseo. Como agradecimiento, y para anunciar a toda Tierra Santa que había logrado su objetivo, subió a un monte y encendió una hoguera.

La fiesta en sí, celebrada en todo el territorio cristiano del país, se compone de dos días. En el primero, dämära (el 16 de Mäskäräm / 26 de septiembre), se organiza la gran hoguera (dämära) en la que, a imitación de Santa Elena, se queman varias ramas atadas de forma cónica y en cuya punta se han colocado varias flores meskel. Previamente, y tras asistir a misa, la gente colabora añadiendo más leña mientras los sacerdotes la rodean dando bendiciones, quemando incienso y rezando. Al caer la noche, la dämära arde, siendo especialmente popular la que se prepara en la Meskel Square de Addis Abeba. Mientras arde, mucha gente enciende sus velas, creando un ambiente especialmente sobrecogedor.

Muchas personas pasan la noche junto al fuego, cantando, bailando o simplemente calentándose con él. Al día siguiente, ya en el día de Meskel, es normal que quien quiera se aproxime a los rescoldos de la hoguera para, con la ceniza, hacerse una marca en forma de cruz en la frente. El resto de la jornada se emplea en comidas familiares y visitando a amigos y conocidos.

8 - Meskel Square

La plaza principal de Addis Abeba, Meskel Square, recibe su nombre porque allí se organiza la gran dämära.

Diario de un viaje por Etiopía – Addis Abeba (II)

Continuamos nuestro recorrido por las calles de Addis en el segundo episodio de nuestro diario de viaje. El original se publicó el 28 de agosto en el diario digital leonés ileon.com. Todas las fotos y vídeos han sido tomados para este blog.

Siddist Kilo y Arat Kilo

La calle de Jorge VI es el eje que une las plazas de Siddist Kilo y Arat Kilo, concentrando algunas de las principales atracciones turísticas de la ciudad. En su extremo norte, en Siddist Kilo, se alza un monumento a los etíopes asesinados por el virrey Graziani el 19 de febrero de 1937. Allí también está el zoo de leones de Addis, una anticuada jaula de fieras donde los descendientes de los leones abisinios del emperador Haile Selassie malviven en jaulas diminutas, al más puro estilo de un zoo decimonónico. Sin embargo, el lugar merece la pena porque es de los pocos sitios donde se puede contemplar este tipo de león, más pequeño de tamaño que sus congéneres en libertad y caracterizado por su melena negra.

Caminando hacia el sur se halla el Museo Nacional, de gran valor por sus colecciones. Modesto en dimensiones y necesitado de una urgente puesta al día, alberga una importante colección de arte aksumita, la civilización antigua que floreció al norte del país, y numerosas piezas de arte del resto de períodos de la historia etíope. Pero la joya de la corona es, sin duda, el esqueleto de Lucy, un Australopithecus afarensis de 3,2 millones de antigüedad, considerado el antepasado más antiguo del hombre hasta que en el año 2000 se descubrió a Selam, otro miembro de su misma especie pero 100.000 años más antigua. Sin embargo, los restos que se pueden contemplar son réplicas, ya que los originales están guardados para preservarlos. Al lado del museo se encuentra el restaurante Lucy, uno de los mejores de la ciudad, donde merece la pena pararse para tomar una cerveza y disfrutar de su jardín.

6 - Catedral de Selassie

Catedral de la Santísima Trinidad

Una vez que hemos llegado a Arat Kilo, presidida por el León de Judá que conmemora el retorno de Haile Selassie en 1941 tras la ocupación italiana, la catedral de la Trinidad está más cerca. Construida en los años 30 para servir de mausoleo de Haile Selassie, se trata de un edificio de planta basilical similar a modelos italianos que, sin embargo, cuenta con algunas adiciones estilísticas etíopes. En la capilla lateral izquierda del ábside se encuentran las tumbas de Haile Selassie y su esposa, Menen.

7 - Mausoleo de Menelik II

La imponente fachada del mausoleo de Menelik II.

Desde la Catedral de la Trinidad es relativamente fácil acercarse a uno de los pocos edificios del antiguo Ghebbi (Palacio Imperial) que están abiertos al público: el mausoleo de Menelik II. Esta estructura cúbica con cuatro torres en sus esquinas y cúpula central funciona como iglesia en su primera planta, mientras que el sótano sirve de mausoleo imperial para Menelik II y su esposa Taytu, fundadores de la ciudad, su hija, la emperatriz Zewditu y una de las hijas de Haile Selassie. De nuevo, hay que tener cuidado con la cámara en esta zona, ya que está rodeada de edificios de la presidencia.

Merkato

El mercato indigeno, fundado en esta área durante la ocupación italiana, se dice que es el mercado al aire libre más grande de África. Puede que sea cierto o no, pero merece la pena acercarse a conocerlo. Nosotros llegamos a él utilizando el moderno metro ligero de Addis, concretamente la línea que une Menelik Square con Ayat. Sorprendentemente barato (apenas 2 birr, casi un céntimo de euro) pero saturado, muestra la necesidad que tiene esta urbe de más medios de transporte público. La parada más cercana es la de Autobus Terra, justo en su límite norte. Al ser un tramo de metro elevado, la propia parada sirve de mirador privilegiado desde donde contemplar el trepidante ritmo del mercado. Aquí se puede adquirir prácticamente de todo. Las manzanas del área se componen de edificios exclusivamente dedicados a la actividad comercial, mientras las calles están abarrotadas de vendedores callejeros que venden desde hortalizas hasta teléfonos móviles, pasando por manojos de khat, la planta estimulante cuyas hojas se mascan para conseguir un ligero efecto narcótico. Aunque su consumo es legal y muy popular en las regiones orientales del país, hay que recordar que su consumo en España está prohibido, por lo que no es buena idea llevarse un ramillete a casa.

10 - Merkato

Merkato fue nuestro último lugar visitado en Addis Abeba. No tuvimos tiempo para visitar Entoto, la antigua capital imperial situada en las verdes colinas al norte de la capital, ni la iglesia semimonolítica de Washa Mikael, así que quedan pendientes para la próxima visita. Ahora toca pensar en Bahir Dar, la siguiente etapa de nuestro viaje por la antigua Abisinia.

3ª edición del curso online «Introducción al Etiópico Clásico» – CEPOAT (UMU)

Curso de Ge'ez CEPOAT

El próximo mes de junio comienza la tercera edición de nuestro curso online “Introducción al Etiópico Clásico (Ge’ez)”, en el cual, además de conocer el llamado latín etíope, el alumno podrá explorar diferentes aspectos de la cultura etíope como la historia, la literatura o la tradición musical, entre otros.

El Ge’ez

La lengua madre de Etiopía, el ge’ez, es un idioma extinto de la familia de lenguas semíticas, de la que forman parte el árabe, el hebreo, el tigriña o el amhárico. Nacida del protosemítico etiópico, fue la lengua de los aksumitas, el imperio que durante los siglos I y VII d.C. dominó la política del Cuerno de África y el Sur de Arabia. Gracias a esto, conservamos un buen corpus de estelas regias escritas en ge’ez, aunque el verdadero punto de inflexión se produjo a partir de la traducción de la Biblia del siriaco al ge’ez entre los siglos V y VI. Pese a que en el siglo IX comenzó a ser sustituida como lengua cotidiana por el tigré o el tigriña, su prestigio se mantuvo gracias a su empleo como lengua litúrgica y de la corte; no en vano, sigue siendo empleada en los rituales de las Iglesias Ortodoxas Tewahedo etíope y eritrea.

Datos básicos

Modalidad de la actividad: VIRTUAL

ECTS: 3 créditos (equivale a 75 horas)

Número de alumnos: mínimo 10 / máximo 60

Precios públicos: 60 €

Plazo de matrícula y beca: del 1/5/2016 al 26/5/2016

Lugar de presentación de matrícula on line: CASIOPEA

Email de contacto: cepoat@um.es

Teléfono de información: 666125197 — 0034 868883890

Destinatarios:
Profesionales y estudiantes de Historia, Arqueología, filología, alumnos y profesionales de licenciaturas y diplomaturas relacionadas, así como cualquier personas interesadas en el tema. Interés por la cultura y la lengua etiópica.

Temario

1 – Introducción al Etiópico.

1.1.- ¿Qué sabemos sobre Etiopía?
1.2.- El área cultural etiópica.
1.3.- Geografía.

2 – El alfabeto y el abugida Ge’ez (I).

2.1.- El abugida etiópico: surgimiento y desarrollo histórico.
2.2.- 1ª parte del abugida.
2.3.- Historia:Etiopía antes del reino de Aksum

3 – El alfabeto y el abugida Ge’ez (II).

3.1.- 2ª parte del abugida.
3.2.- Literatura en geez: importancia y evolución.
3.3.- Historia: el reino de Aksum hasta su conversión al cristianismo.
4.4.- El judaísmo en Etiopía.

4 – El alfabeto y el Abugida Ge’ez (III).

4.1.- 3ª parte del abugida.
4.2.- El nacimiento del cristianismo etíope.
4.3.- Historia: el reino de Aksum hasta su decadencia (s. VII).
4.4.- Arte y cultura aksumita.
4.5.- La expansión del Islam en el Cuerno de África.

5 – Los números. Los plurales del nombre.

5.1.-Los números etiópicos.
5.2. Los plurales del nombre y los colectivos.
5.3.- Historia: la época oscura.

6 – El estado constructo.

6.1.- El estado constructo.
6.2.-Características del cristianismo etiópico.
6.3.- Historia: los Zagwe.
6.4.- Cultura y sociedad agaw. Las iglesias de Lalibela.

7 – El género y el número. Demostrativos.

7.1.- El género y el número en etiópico.
7.2.- Los demostrativos.
7.3.- Historia: la restauración salomónida.
7.4.- Cultura y sociedad de los amhara.

8 – Los pronombres personales.

8.1.- Los pronombres personales.
8.2.- Los manuscritos etíopes.
8.3.- Historia: la restauración salomónida hasta el siglo XVI.

9 – El acusativo.

9.1.- El acusativo.
9.2.- Historia: la yihad de Ahmad Graññ y el final de la hegemonía cristiana en el Cuerno de África.

10 – Pronombres sufijos.

10.1.- Los pronombres sufijos.
10.2.- Historia: la intervención portuguesa. Consecuencias de la yihad de Ahmad Gragñ. La expansión oromo.

Evaluación:
Entrega de trabajos y traducción de ejercicios tras cada tema.

Observaciones:
Para la realización de los curso hay que inscribirse y/o matricularse a través de la plataforma CASIOPEA, así como crear una cuenta para el Aula Virtual del CEPOAT a través de el área de registro de nuevo usuario: http://www.um.es/cepoat/aula/login/signup.php

Las matrículas fuera de plazo deberá formalizarse mediante correo electrónico a cepoat@um.es, indicando curso al que se quiere matricular, nombre completo, dirección, dni o pasaporte y tlf. Tras valorar la aceptación se procedería al envío del recibo de pago oficial y pasos a seguir para la incorporación al mismo.

Para el pago se requiere seguir los siguientes pasos:
Una vez formalizada la matrícula en CASIOPEA podrá realizar el pago mediante tarjeta de crédito, banca electrónica, recibo en Ventanilla y transferencia.
– El pago con tarjeta se realiza con el acceso desde la misma matrícula en CASIOPEA.
– El pago mediante banca electrónica deberá realizarse mediante la introducción de los datos del recibo obtenido en CASIOPEA. Son: Emisora – sufijo, Referencia, Identificación, Importe.
– El pago en ventanilla o pago en efectivo deberá realizarse mediante la personalización en alguna de las sucursales que tienen acuerdo con la universidad de Murcia, es decir, Santander, CajaMurcia, CAM y CajaMar.
– El pago mediante Transferencia deberá realizarse de la siguiente manera indicando necesariamente el concepto de ingreso:
Concepto: “RECIBO: (Indicar los 13 dígitos que tiene la referencia del recibo)” y dirigirla a la siguiente cuenta: ENTIDAD BANCARIA: Cajamar CUENTA: 3058 0361 36 2731000038
DOMICILIO: C/Marqués de los Vélez, 36, esq. C/Abenarabi 30008 Murcia
Para el pago Internacional**:
IBAN: ES1530580361362731000038 BIC/SWIFT: CCRIES2A Titular: UNIVERSIDAD DE MURCIA (C.I.F. Q3018001B) Domicilio: Avda Teniente Flomesta, 5 – 30003 – Murcia
**Debéis ir a un banco principal de vuestro país, ya que si vais a uno intermediario se producen dos comisiones y por consiguiente pago incompleto del curso, lo que conlleva realizar una segunda transferencia.

Excepcionalmente se admitirá el pago de la matrícula mediante Western Union, únicamente si no es posible la realización del pago internacional y previa comunicación con el CEPOAT para la autorización del proceso.

??? – Fasika, la Pascua etíope

Entre el 1 y el 2 de mayo, los cristianos ortodoxos tewahedo de Etiopía y Eritrea celebrarán la Fasika, la fiesta de Pascua. Aunque hace algunos años publicamos en nuestro primer blog este mismo artículo, consideramos oportuno recuperarlo por la importancia de esta fiesta.

Heredada del antiguo Pésaj judío, que conmemora la liberación de los hebreos de la esclavitud de Egipto, tras la muerte de Jesús y su resurrección el mismo día la festividad se cristianizó, cambiando por completo su significado; en adelante, se festejaría con jolgorio la victoria de Cristo sobre la muerte y el perdón de los pecados de toda la humanidad gracias a su sacrificio.

Originalmente, los cristianos celebraban su Pascua igual que como lo hacían los judíos. Pero la evolución de la propia Iglesia en los primeros siglos del cristianismo, cada vez más distante de esas primeras comunidades judeocristianas, y su división en multitud de pequeñas comunidades cismáticas enfrentadas unas con otras, hizo que pronto la Pascua cristiana y el Pésaj judío se distanciasen, pasando a diferenciarse incluso en la fecha de celebración.

Como veremos, la Iglesias Ortodoxas Tewahedo Etíope y Eritrea también tiene su propia Pascua que, si bien es común al de resto de confesiones cristianas, cuenta con interesantes peculiaridades, que procedemos a explicar aquí.

Cuarenta días de ayuno

Cuarenta días antes de la Pascua, los cristianos etíopes cumplen con rigor y seriedad con el ayuno, el cual les prohíbe comer nada entre la salida y la puesta del sol. Sin embargo, los actos principales de la celebración pascual se concentran en los últimos cuatro días, coincidiendo con el resto de comunidades cristianas.

Hosa'ena

Mural de la iglesia de Enda Iyasus en Aksum representando la entrada de Cristo en Jerusalén. Autor: Juan José Ruscalleda.

Hosa’ena, Domingo de Ramos

El día que abre la semana santa (Semune Himamat) etíope es Hosa’ena, que recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén. La celebración per se es muy similar a la que se realiza en otras confesiones cristianas, ya que incluye una bendición de ramos hechos de palma que luego los fieles pueden llevarse a casa.

Jueves y Viernes Santo

Jueves Santo (Tselote Hamus) se celebra litúrgicamente con la ceremonia del lavado de pies, La noche del Jueves Santo los etíopes conmemoran la Última Cena partiendo el pan dabbo -rememorando así el gesto y las palabras de Cristo, tomad y comed, este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros- y comiendo el gulban, un estofado de alubias machacadas y trigo.

El Viernes Santo (Siqlet) es un día de ayuno y oración. Todo los mayores de edad están obligados a cumplir con el ayuno de precepto, llamado ????? (akfilt), que se prolonga hasta la siete de la tarde del Sábado Santo, cuando por fin pueden romperlo.

Sábado Santo y Domingo de Resurrección

Durante el Sábado Santo, las ciudades explotan en bullicio y actividad. El fin del ayuno está cerca, por lo que tanto hombres como mujeres preparan todo lo necesario para la fiesta nocturna. Los religiosos rezan y cantan himnos esperando a que caiga la noche, ya que a las nueve de la noche comienzan los festejos de la Resurrección. Reparten juncos verdes (qetema) entre la gente, que esperan con ellos la bendición.

Cuando la medianoche está próxima, las puertas y cortinas del meqdes de las iglesias (la capilla central donde se guarda el tabot) se abren y los clérigos empiezan a procesionar alrededor del tabot. Se reparten velas entre los asistentes, que igualmente procesionan en los ambulatorios del templo mientras cantan y ululan. Al llegar la medianoche, los tambores retumban tras estar toda la Cuaresma callados, se proclama la Resurrección de Cristo (Kristos tensi’a immutan!) y el sacerdote lee la Anáfora de Dióscoro durante la liturgia.

Las tres de la madrugada es el momento en  que se considera que se puede romper el largo ayuno. La cena que se sirve en casa tras el rito es, con diferencia, una de las más esperadas del año. Todos se reúnen en casa con sus familiares y amigos para disfrutar de un opíparo banquete que, en no pocas ocasiones, acaba en estruendosa borrachera. Además, los siguientes cincuenta días hasta Pentecostés no habrá ayuno, lo cual es un motivo extra para la celebración.

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Descenso de Cristo a los infiernos. Manuscrito etíope del siglo XVIII conservado en The British Library. Foto de Eyob Derillo.

Al amanecer del Domingo de Resurrección, se prepara el desayuno con los restos de la cena y todo el mundo se viste con sus ropas nuevas de fiesta, ya que hay que celebrar con alegría la Resurrección. Es costumbre que las familias se inviten entre sí a comer, y que los sacerdotes y los ancianos reciban regalos, normalmente de comida.

Para acabar, nosotros también queremos desearos unas Felices Pascuas: ???? ??? (Mälkam Fasika)

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Si deseas citar este artículo, puedes utilizar esta fórmula:

LOZANO ALONSO, Mario. “Fasika, la Pascua etíope”, en Reino de Aksum (blog). Publicación: 30/04/2016. Consultado el [añadir fecha]

Yo en LalibelaSobre el autor: Mario Lozano Alonso es un historiador leonés al que le apasiona la cultura etíope, especialmente su rica historia y sus tradiciones artísticas. Puedes seguir sus investigaciones sobre Etiopía en su web reinodeaksum.com.

Preestreno en Madrid de «Efraín», la primera película del etíope Yared Zeleke

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Yared Zeleke, en el centro, en un momento del encuentro en FNAC. Foto: Mario Lozano.

Efraín, la ópera prima del director etíope Yared Zeleke, fue preestrenada ayer en el Palacio de la Prensa de Madrid. El evento fue un éxito rotundo no sólo por la calidad de la película, la primera etíope en participar en el festival de Cannes, sino también por el lleno de público que se registró en la sala. Al finalizar la proyección se ofreció la típica ceremonia del café etíope.

El día antes, Betta Pictures, distribuidora de la cinta en España, organizó en el FNAC de Castellana el encuentro Efraín y la cultura etíope, en el que participaron el director, Yared Zeleke; el catedrático de Prehistoria de la UCM Víctor Manuel Fernández; Miguel Llansó, director del filme Crumbs; y la pintora Irene López de Castro.

Efraín en FNAC

Vista del debate sobre Efraín y la cultura etíope. Foto: Mario Lozano.

La presentación se convirtió así en una animada charla sobre cómo la película plasma con fidelidad la vida rural etíope: el sempiterno miedo al hambre de unas comunidades agrícolas que viven mirando al cielo esperando la lluvia, la emigración a la gran ciudad para buscar un medio digno de vida, o la importancia del cristianismo, tan orgullosamente defendido por los pobladores de las Tierras Altas. Pero Zeleke también refleja el machismo imperante en la sociedad etíope: cada vez que Efraín intenta cocinar algo, es increpado por su tío Solomon, que cree que es «un trabajo de mujeres». Por último, se destacó la presencia de las otras religiones tradicionales etíopes: el islam, representado por la pastorcilla que ayuda a Efraín -y que  aparece en una preciosa escena rezando bajo un árbol- y el judaísmo de los Beta Israel, ya que en dos ocasiones se habla del origen falasha de la madre de Efraín.

Sinopsis de Efraín

El filme narra la historia de Efraín, un niño de 9 años que vive en una zona rural de Etiopía fuertemente castigada por la sequía. Tras la muerte de su madre, su padre decide mandarle a vivir con unos parientes mientras él busca trabajo en Addis Abeba.

Lamb - 2015

El niño no estará solo, ya que se lleva consigo a su oveja -y mejor amiga- Chuni. El poblado en que viven sus tíos se ubica en una zona montuosa y muy fértil, la cual destaca por sus hermosos paisajes -uno de los puntos fuertes de la película- de intenso color verde. Su familia adoptiva se compone de sus tíos, un matrimonio convencional en el que él destaca por su mal carácter mientras ella vive eternamente preocupada por la salud de una de sus hijas. Completan el cuadro la madre de su tía, quien siempre tiene a mano un látigo para disciplinar, y la otra hija del matrimonio, que aunque está en edad casadera parece más interesada en leer periódicos que en buscar marido.

Tras enterarse de que su antipático tío quiere sacrificar a su oveja por la cercanía de una fiesta religiosa (Meskel), Efraín comienza a tramar su huida de su hogar de adopción. Planea comprar un billete de autobús sin saber muy bien a dónde: ¿volverá a su pueblo natal, o irá a la capital a buscar a su padre? La única certeza es que necesita dinero, para lo que comienza a cocinar sambusa, un delicioso plato de la cocina tradicional etíope, que venderá para poder llevar a cabo su plan.

Yared Zeleke en Madrid

Yared Zeleke. Foto: Mario Lozano.

El director

Yared Zeleke nació en 1978 en Etiopía. Tras completar sus estudios en Desarrollo Internacional en la Universidad de Clark, estudió cine en Nueva York. Antes de comenzar su carrera como director de cine, trabajó en diversas ONGs de cooperacion al desarrollo. Efraín es su primer largometraje, si bien anteriormente había elaborado varios cortos y documentales.

La película Efraín tiene mucho de autobiográfica, tal y como señaló en una reciente entrevista concedida al diario The Guardian, ya que Zeleke se crió en los barrios de chabolas de Addis Abeba durante los años más duros de la brutal dictadura del Derg (1974-1991). Tal y como señala en el dossier oficial de la película del festival de Cannes, él mismo fue abandonado por su madre, quien le dejó en su chabola malditapara buscar una vida mejor. Sin embargo, el propio director recuerda su infancia como una época feliz donde todo el vecindario se ocupaba colectivamente de la educación de los muchachos.

Datos de la película

  • Dirección y guión: Yared Zeleke.
  • Año: 2015
  • Países: Etiopía, Francia, Alemania y Noruega.
  • Productores: Laurent Lavole, Ama Ampadu y Johannes Rexin.
  • Protagonistas: Rediat Amare (Ephraim), Kidist Siyum (Tsion), Welela Assefa (Emama), Surafel Teka (Solomon), Rahel Teshome (Azeb) e Indris Mohamed (Abraham).
  • Música: Christophe Chassol
  • Duración: 94 minutos.
  • Estreno en cines: 8 de abril. Distribuye en España Betta Pictures.
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