Reino de Aksum

Cultura etíope y eritrea

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Diario de un viaje por Etiopía – Addis Abeba (I)

Entrada

Este diario de viaje ha sido publicado en el diario digital Ileón.com. Incluye consejos de viaje por el país y experiencias personales. 

Etiopía es un país espectacular que, por desgracia, sigue siendo uno de los grandes desconocidos de África. Es, también, objeto de injustos estereotipos que hacen que muchos occidentales, al hablar de Etiopía, inmediatamente la asocien con una pobreza y hambruna crónicas, sin tener en cuenta que en ella se ha desarrollado una de las civilizaciones más importantes y antiguas de la humanidad (nada menos que 2.700 años). Aunque es verdad que la pobreza afecta a la gran mayoría de la población y las hambrunas asolan con frecuencia la zona oriental del país, Etiopía, la antigua Abisinia, es una tierra que se viste de un exuberante verde durante la estación lluviosa, donde se alzan las espectaculares estelas de Aksum, los majestuosos castillos de Gondar o las increíbles iglesias de Lalibela. Para ayudar a combatir los estigmas sobre este gran país, os invito a conocer Etiopía a través del relato de mi viaje por la llamada Ruta clásica, la cual empieza en Adís Abeba, pasando por Bahir Dar, Gondar, Aksum y Lalibela, para terminar en Harar.

1 - Catedral de San Jorge

Catedral de San Jorge.

Todo viajero que llega a Etiopía en avión lo que primero que conoce es el aeropuerto de Bole, una infraestructura en proceso de ampliación. Tras el preceptivo pago del visado (50$), accesible tras una larga cola, se pasa a un gran hall donde una multitud de personas, representantes de hoteles y taxis particulares, están esperando a los turistas. Hay que tener cuidado, ya que por ser farenji (blanco) te intentarán cobrar de más, aunque, por fortuna, siempre podemos recurrir al viejo arte del regateo. La primera lección que enseña Etiopía es que hay que regatear por cualquier cosa que vayas a pagar, lo cual requiere tiempo y, sobre todo, paciencia.

Nuestro hotel se ubica en una de las principales arterias de la ciudad, la avenida Churchill. Lo elegimos porque, además de ser moderno, nos convenció su posición relativamente céntrica. Y digo “relativamente” porque los principales puntos de interés de la capital etíope se encuentran a mucha distancia entre sí. Aunque la población oficial de la ciudad se estableció en algo más de 3.000.000, se estima que en realidad puede superar ampliamente los 6.000.000, algo más creíble para un país que está cerca de sobrepasar la cifra de los 100.000.000 de habitantes, superando a Egipto como segunda nación más poblada de África, tras Nigeria.

El problema para el turista occidental es cómo desplazarse en una ciudad tan grande en la que el metro ligero son sólo dos líneas y las redes de autobuses no cuentan ni con mapas ni paradas señalizadas. La primera opción es obvia: hay que caminar. Recorrer la ciudad andando es toda una experiencia en la que se puede apreciar la realidad etíope. A pesar de que Etiopía sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, sorprende que la tasa de criminalidad de Addis sea de las más bajas del continente africano, por lo que cualquier turista puede sentirse seguro al recorrer sus calles. Sin embargo, conviene no despistarse demasiado y mantener la cartera a buen recaudo.

Una cuestión que hay que tener en cuenta al caminar por las calles de cualquier ciudad etíope es que un blanco resulta tremendamente llamativo. Muchas veces se te puede acercar gente pidiendo dinero, aunque muchos simplemente quieren saludarte en inglés y preguntarte de dónde vienes y si te gusta el país. Una de las mejores experiencias a este respecto la tuvimos con un artista llamado Abeba, quien nos invitó a tomar un café –excelente, por otro lado- y nos habló de su reciente exposición de cuadros, que no pudimos visitar. Pese a todo, hay momentos en que la gente puede resultar agobiante, por lo que lo mejor es pasar de largo sin prestar atención.

En cualquier caso, conviene ser cuidadoso, ya que hay personas sin escrúpulos que se ofrecerán a guiarte por la ciudad “voluntariamente”. Estos autodenominados guías, además de no ser oficiales, al finalizar sus servicios te pedirán cantidades excesivas de dinero, pudiendo producirse situaciones muy desagradables. También es frecuente que muchos niños se acerquen pidiéndote que les hagas una foto a cambio de dinero, galletas, bolígrafos e incluso caramelos. El gobierno pide a los turistas que no les den nada, ya que fomentan que los menores abandonen tempranamente la escuela para dedicarse a la mendicidad.

Otras opciones son emplear los autobuses urbanos de color amarillo, aunque casi siempre se desaconseja porque los frecuentan los carteristas y es difícil hacerse una idea de hacia dónde van, y, sobre todo, los minibuses. En su mayoría vehículos de una edad más que respetable, resulta un espectáculo montarse en uno de ellos. Recorren la ciudad en rutas fijas de un punto concreto a otro (por ejemplo, de Mexico Square a Arat Kilo). El destino del minibús lo grita uno de los empleados sacando medio cuerpo por la ventanilla, atrayendo la atención de posibles clientes. Merece la pena montarse en uno porque generalmente son muy baratos (menos de 20 birr) y compartiremos asiento con una gran variedad de personas. La última opción es el taxi, pero hay que tener en cuenta que hay que negociar el precio antes de subir.

2 - Estatua de Menelik

Estatua ecuestre de Menelik II en la plaza homónima.

Plaza de Menelik II y Piazza

Pero ahora volvamos al viaje en sí. Por la posición de nuestro hotel, la primera parte de la ciudad que conocimos fue la plaza de Menelik II y sus alrededores, el barrio de Piazza.

La primera sensación que da la ciudad es la de estar a medio construir. Hay cientos de edificios a medio construir, las aceras, si las hay, están en mal estado, y no es extraño encontrarse pilas de basura o escombros. Cientos de mendigos pululan por las calles mezclados con pulcros hombres de negocios, y  en cualquier punto de la calle puedes encontrarte puestos de los más variopintos productos. Pese a que no es la ciudad más monumental que hemos visitado –más bien al contrario-, Addis tiene un ambiente que la hace muy agradable.

La plaza de Menelik la preside la estatua ecuestre de dicho emperador. Fue especialmente célebre por derrotar en 1896 a los italianos en la batalla de Adua, librando a Etiopía de ser colonizada. Justo enfrente, formando un eje monumental, se encuentra la catedral de San Jorge, construida por el emperador para celebrar su victoria, eligiendo para su construcción, irónicamente, a un arquitecto italiano. Aunque desde el punto de vista artístico el templo no tiene gran cosa de particular, está en el medio de un bosquecillo muy tranquilo, por lo que resulta una buena opción para descansar durante unos minutos del ajetreo de la ciudad.

Cerca de allí se localiza el ayuntamiento de la ciudad, construido a comienzos de los 60 por orden del emperador Haile Selassie, quien quería convertir a la ciudad en una verdadera capital dotándola de edificios monumentales y modernos. Esto se debe a que durante buena parte del siglo XX, la ciudad parecía más bien un campamento que la capital de un imperio. Fundada en 1886 por la emperatriz Tatytu Beitul, esposa de Menelik II, por la presencia de unos manantiales medicinales, alrededor del monte donde se ubicó el primer ghebbi o palacio pronto empezaron a aparecer, sin orden ni concierto, todo tipo de viviendas de cortesanos y de gente del pueblo llano. Para satisfacer las necesidades de madera de la naciente ciudad, el emperador ordenó plantar un cinturón de bosque de eucaliptos, el cual todavía hoy existe. Los pocos monumentos existentes se hallaban desparramados por una vasta área, separados entre sí por una maraña de barrios residenciales,  sin que existieran grandes avenidas hasta que durante la ocupación italiana se creó el primer plan de regulación de la ciudad.

Piazza fue, precisamente, una zona regulada por los italianos a partir de construcciones más antiguas para crear un nuevo centro urbano. Aún perviven muchas construcciones de comienzos del siglo XX de estilo colonial, decrépitas en su mayoría, junto con algunos edificios de estilo racionalista construidos durante la etapa de ocupación italiana. Una de ellas es el hotel Taytu, el primero que se abrió en el país (1898) y que hace unos meses fue pasto de las llamas, aunque se ha restaurado con rapidez.

El centro: Meskel Square

Bajando por la Churchill Avenue se llega hasta el centro de la ciudad, donde se observan los efectos del boom económico que está experimentando el país: nuevos rascacielos y edificios a medio terminar se elevan sobre una jungla urbana donde los viejos taxis Lada blancos y azules circulan por unas calles congestionadas hasta el extremo. Algo que llama la atención del turista es la antigüedad de la mayoría de los vehículos; esto se debe a que comprar un coche nuevo en Etiopía resulta prohibitivo por los impuestos especiales que cobra el gobierno. Como consecuencia, la contaminación en el centro hace que el aire sea casi irrespirable.

3 - Tiglachin

Monumento al Tiglachin.

En la misma Churchill Avenue encontramos el monumento al Tiglachin (Nuestra lucha), construido por el sanguinario dictador comunista Mengistu Hailemariam, derrocado en 1991 tras una cruenta guerra civil. Conmemora la victoria etíope en la guerra contra Somalia (1977-1978). Continuando por la misma calle, llegamos al monumento al León de Judá, rodeado por edificios a medio construir. Al fondo, modesta, se encuentra la vieja estación de tren, hoy abandonada tras el cierre en 2008 de la única línea de tren del país.

Cerca de la estación se halla la plaza de Meskel (de la cruz), considerada el centro geográfico de la ciudad. En su lado sur, adaptados a la suave pendiente, encontramos unos andenes semicirculares donde no es raro ver a jóvenes entrenando en la pasión nacional: el atletismo. Hoy en día la plaza va adoptando un aire más moderno gracias al paso elevado del metro ligero y a los rascacielos que empiezan a dominar el horizonte. En el lado norte de la plaza comienza la avenida de Menelik II, la cual conduce al antiguo ghebbi o palacio imperial, hoy cerrado al público por ser la residencia del primer ministro. También en ella están el palacio de Haile Selassie, residencia del presidente, y el anterior parlamento de la Unión Africana, recientemente sustituido por un moderno rascacielos ubicado al sur de la ciudad. En esta zona hay que tener cuidado y no tomar fotos de los edificios oficiales, ya que está estrictamente prohibido.

8 - Meskel Square

Vista de Meskel Square.

 

¿Qué está pasando en Etiopía? El gobierno se enfrenta a la mayor crisis política desde la caída de Mengistu (1991)

Bus Gondar

Autobús quemado en Gondar durante las protestas de mediados de julio. Fuente: elaboración propia.

Desde hace nueve meses, una serie de manifestaciones y protestas sacuden a la sociedad etíope, que en algunos casos han sido brutalmente reprimidas por el gobierno. A día de hoy, y sin  la posibilidad de que ningún organismo gubernamental lo confirme, se habla de que la violencia de la policía contra los manifestantes se habría cobrado la vida de 400 personas. La información llega con cuentagotas a través de medios internacionales como Al Jazeera o la BBC, que tienen serios problemas a la hora de verificar las cifras de muertos y detenidos. A través de las redes sociales, que el gobierno intenta bloquear, se filtran espantosas fotografías y vídeos que muestran la brutalidad policial. Pero, ¿qué es lo que está pasando? ¿Por qué protestan los etíopes?

Los orígenes: Oromia

Todo comenzó a finales de 2015 cuando el gobierno etíope planteó la expansión del territorio autónomo de la capital, Addis Abeba, a costa de Oromia, estado regional que la rodea completamente. Los estudiantes universitarios de distintos campus de la región se rebelaron contra lo que creyeron era un nuevo ataque del ejecutivo, dirigido por los tigriña, contra los oromo, el mayor grupo étnico del país.

Los oromo han sido tradicionalmente marginados por la administración central etíope. Considerados advenedizos -no se asentaron en Etiopía hasta el siglo XVII, cuando llegaron en una migración masiva aprovechando la debilidad del Imperio Etíope-, siempre han sido despreciados por los amhara y los tigriña, que les dieron el nombre despectivos de gallas. Hasta la creación de la República Federal, su lengua, la que más hablantes nativos tiene de todo el país, estaba prohibida. A pesar de la creación de un estado federal propio en 1995, los oromo han seguido sufriendo discriminación racial, además de encarcelaciones arbitrarias y represión policial.

Finalmente, y tras 140 muertos por la represión, en enero de este año el gobierno etíope decidió paralizar el proyecto de expansión de la capital. Sin embargo, fue demasiado tarde porque estas primeras protestas abrieron la puerta a otras en las que se exigía la liberación de los presos políticos, el respeto a la diversidad étnica del país, mayor liberalización de la economía y la implementación de una verdadera democracia.

El turno de los amhara

Por si la situación fuese poco mala para el gobierno, a las protestas oromo se les han sumado recientemente las de los amhara. Este grupo étnico, el segundo en número del país, fue el dominante en toda Etiopía desde el establecimiento de la dinastía salomónida, en 1270, hasta el colapso del Derg en 1991. A mediados de julio, en la antigua capital imperial, Gondar, comenzaron una serie de protestas encabezadas por los welkait y los amhara contra el gobierno etíope  que acabaron en un baño de sangre en el que murieron 10 civiles. Los disturbios se extendieron a otras poblaciones de Amhara, tomando un cariz de violencia interétnica, ya que en algunos casos se atacó a personas de etnia tigriña.

Durante los días 6 y 7 de agosto, numerosas ciudades de todo el país albergaron manifestaciones exigiendo el fin de la represión y mayores libertades. Aunque muchas de ellas transcurrieron sin incidentes, en Addis Abeba sí que se registraron escenas de violencia policial. En las manifestaciones de Bahir Dar (Amhara) se rumorea que pudo haber varios muertos, pero es difícil confirmarlo debido a la censura. La oposición habla de 33 muertos y decenas de detenidos entre todas las manifestaciones del pasado fin de semana.

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El gobierno etíope, en la encrucijada

Tal y como se presenta la situación, el Primer Ministro Hailemariam Desalegn tiene que decidir entre aumentar la represión -con todas las consecuencias que puede acarrear esto- o iniciar un proceso de apertura política y concesión de libertades. El régimen de partido único del FDRPE, que alardea de sus logros macroeconómicos, tiene que enfrentarse al descontento de una gran parte de la población, tremendamente empobrecida, que no ve que su situación mejore.

Asimismo, han surgido voces críticas entre figura de importancia. El veterano general Tsadkan Gebretensae, antiguo jefe del estado mayor del ejército, dirigió al gobierno una carta abierta en la que propone una hoja de ruta para la salida de la mayor crisis política que vive el país desde la Guerra Civil. En ella, además de exponer el fracaso gubernamental (corrupción, proyectos faraónicos de dudoso éxito, falta de democracia, exceso de control en la economía), alerta del riesgo de desintegración nacional que puede ocurrir si la situación de crisis se vuelve crónica, al tiempo que recomienda unas elecciones libres multipartidistas como primera medida para alcanzar una solución pacífica que satisfaga a todos.

 

Actividades africanistas para la segunda semana de junio en Madrid

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Esta semana se celebrarán en Madrid capital dos eventos que pueden interesar a aquellas personas que deseen conocer mejor las relaciones históricas y literarias entre España y África.

El primer acto será el 9 de junio, jueves, a las 19:00. Luis Temboury presentará en la Fundación Sur su obra «Nuestros nobles parientes». En este libro, del que hemos hablado anteriormente, Temboury se centra en las estrechas relaciones  entre Al-Ándalus y el Sudán Occidental, las cuales dieron como fruto bibliotecas tan espectaculares como el Fondo Kati.

Al día siguiente, 10 de junio, se celebrará en la biblioteca Eugenio Trías (antigua Casa de Fieras del Parque del Retiro) la jornada sobre literatura hispano-africana «El mar que nos une», en el que intervendrán varios escritores de reconocida trayectoria.

Programa:

11.00 horas. Inauguración de las Jornadas

• Basilio Rodríguez Cañada (presidente del Grupo editorial Sial Pigmalión, presidente del PEN Club Español y africanista).

• Carlos Vásquez-Zawadzki (escritor, presidente del PEN Club de Colombia)

11.10 horas. “Visiones literarias de África”

• Pablo Ignacio Dalmases (escritor y periodista)

• Luis Temboury (escritor y periodista)

• Jesús Palacios (historiador y periodista)

• José Menéndez Hernández (escritor y ex magistrado del Tribunal Supremo, AEA)

• Antonio Carrasco González (escritor y africanista, AEA)

Modera: Juan Manuel Riesgo (URJC, AEA)

11.50 horas. “Literaturas de Hispanoamérica”

• Carlos Vásquez-Zawadzki (escritor, PEN Club de Colombia)

• Rodrigo Argüello (escritor, PEN Club de Colombia)

• Laura Hernández (escritora)

• Consuelo Cruz Arboleda (Fundación Internacional de Derechos Humanos, escritora)

• Socorro Mármol Brís (escritora, PEN Club Español)

Modera: Basilio Rodríguez Cañada (PEN Club Español)

12.30 horas. “Literaturas de Guinea Ecuatorial”

• Adolfo Obiang Biko (escritor y político)

• Augusto Iyanga Pendi (Universitat de València)

• Juan Riochí (Asesor jurídico laboral, AEA)

• Ángela Nzambi (escritora, Comisión Española de Ayuda al Refugiado)

• Gloria Nistal (escritora y gestora cultural, AEA)

Modera: Justo Bolekia Boleká (Univ. de Salamanca, AEA)

13.10 horas. “Mujer y literatura”:

• M.ª Antonia García de León (escritora, Univ. Complutense de Madrid)

• María Paz Ruiz (periodista y escritora)

• Ondina Zea (escritora, PEN Club Español)

• M.ª Ángeles Cantalapiedra (escritora)

Moderadora: Ángeles Castillo Núñez (AEA)

13.50 horas. Clausura

Firma de libros • Feria del Libro • Caseta 196 • Grupo editorial Sial Pigmalión

Coordinación: Basilio Rodríguez Cañada

LUGAR: Biblioteca Eugenio Trías (Casa de Fieras de El Retiro) Paseo Fernán Núñez, 24, Madrid

FECHA: 10 Junio 2016 – 11:00 – 14:00 horas

Horror en Namibia: el genocidio herero y namaqua (Podcast 20 de «La Biblioteca de Tombuctú» – THDT)

Entrada Podcast 20

Este artículo ha sido elaborado para la sección La Biblioteca de Tombuctú del programa de radio Tras las Huellas del Tiempo. Puede escuchar el podcast aquí:

La historia de las matanzas entre seres humanos es, por desgracia, tan antigua como la propia humanidad. Los primeros asesinatos los encontramos registrados en la remota prehistoria: especialmente famoso es el caso de Ötzi, el famoso cadáver congelado hallado en los Alpes, que murió herido por varias flechas. Ya en la era histórica, los primeros conflictos organizados que tenemos registrados se originan en Mesopotamia y Egipto. A partir de entonces, las guerras han sido compañeras inseparables del devenir humano, alzando imperios o pequeños estados y derribando a otros.

Sin embargo, ha sido durante el siglo XX cuando la brutalidad del asesinato masivo ha alcanzado cifras apocalípticas. A muchos nos vienen a la cabeza genocidios como el de los nazis contra los judíos o los gitanos, el de los turcos otomanos contra los armenios o, mucho más reciente, el de Ruanda. Todos ellos de números espeluznantes: millones de seres humanos asesinados por el mero hecho de pertenecer a un determinado grupo étnico al que se odia, al que se quiere exterminar.

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Iglesia de Cristo y monumento a la caballería alemana antes de ser cambiado de lugar en 2009. Fuente: Wikimedia – Freddy Weber.

Pero algunos de estos crímenes no son tan conocidos. Por eso, hoy queremos recordar que uno de los primeros genocidios del siglo XX comenzó en África, más concretamente en la actual Namibia. Aunque sus cifras no fueron tan terribles como las de otros genocidios posteriores, la intención de borrar del mapa a dos grupos étnicos fue exactamente igual.

Namibia - Alemanes contra hereros

Alemanes combatiendo a los rebeldes herero. Fuente: Wikimedia.

El territorio de la actual Namibia se compone de dos grandes desiertos: el del Kalahari, cuyas precipitaciones anuales permiten el desarrollo de una escasa vegetación de la que dependen no pocas especies animales, y el de Namibia, de grandes campos de dunas. La vida para el hombre allí ha sido siempre difícil; no en vano, los pueblos que la habitan, como los namaqua –del grupo khokhoi- y los ovambo o los herero –bantúes-, entre otros, son nómadas, luchando constantemente por encontrar agua donde poder saciar su sed y la de su ganado.

Durante la época del nefasto reparto de África, a finales del siglo XIX, los alemanes pusieron sus ojos en aquella reseca extensión de terreno, la única que no reclamaban ni portugueses ni ingleses. De esta manera, en 1883, un comerciante llamado Lüderitz adquiría una porción de terreno en la costa cerca de Angra Pequena. Así nacía la aventura germana en el sudoeste africano.

Vista del puerto de Lüderitz, Namibia. La península de Shark Island aparece en primer plano. Fuente: Wikimedia – .Brian J. McMorrow.

Por su clima seco y ausencia de enfermedades, junto con la existencia de algunas tierras fértiles, la nueva colonia del África Sudoccidental Alemana se convirtió en un territorio apto para la colonización blanca. Pronto los colonos empezaron a instalarse en el terreno, arrebatando a los nativos sus tierras y su ganado. Éstos, además, pasaron a convertirse en mano de obra barata al servicio de los alemanes. La situación empeoró con la construcción del ferrocarril de Otavi, el cual facilitó la penetración germana al interior. Las violaciones de mujeres herero, frecuentes y rara vez castigadas por el derecho germano, añadieron más leña al fuego del descontento aborigen.

Los abusos y el racismo de los germanos exacerbaron los ánimos entre los pueblos nativos, que pronto se decidieron a tomar las armas. La rebelión estalló en 1903, liderada por los Nama. Pronto se les unieron los herero, una etnia bantú. En un primer ataque, dirigido por el jefe Samuel Maharero, mataron a entre 123 y 150 colonos alemanes, logrando cortar las comunicaciones de Windhuk –hoy Windhoek-, la capital colonial. El gobernador Leutwein, aterrorizado, pidió refuerzos a Berlín, quien le envió al general Trotha al mando de un ejército de 14.000 soldados.

Trotha era una persona inflexible, que consideraba que con los rebeldes no se podía negociar. Así, tomó la drástica decisión de exterminar a los herero y los nama o, al menos, conseguir expulsarlos del territorio ocupado por Alemania. Además, el general germano creía que la lucha con los nativos era un asunto de guerra racial por los recursos, por lo que sólo cabía exterminarlos.

Namibia - Lothar von Trotha

Lothar von Trotha. Wikimedia.

Lothar von Trotha pudo contener a los levantiscos hereros y namas, derrotándolos en la batalla de Waterberg, librada entre el 11 y el 12 de agosto de 1904. Los alemanes procedieron a perseguir a los que no habían podido capturar tras la derrota, matándolos sin piedad junto a mujeres y niños. Sólo 1000, con Maharero a la cabeza, lograron cruzar la frontera con la Bechuanalandia inglesa (hoy Botswana), mientras otros murieron intentando encontrar agua potable en el desierto de Omaheke.

Pero la brutalidad de Trotha no quedó ahí. Tras prohibir a los que habían escapado su entrada en la colonia, ordenó el internamiento de todos los herero y los nama en campos de concentración, siendo el más famoso el de Shark Island, en Lüderitz. Sometidos a trabajos forzados, hambrientos, enfermos y azotados con frecuencia, se cree que entre el 50 y el 75% de los presos murieron entre 1905 y 1907. Además, a algunos se les inyectó opio y arsénico, siendo empleados como cobayas humanas. Unas 300 calaveras fueron enviadas a Alemania con el fin de ser utilizadas para demostrar la supuesta superioridad de los blancos sobre los negros.

Algunas voces alemanas mostraron su disconformidad con los métodos empleados por Trotha –en quien no es difícil ver a un precursor del nazismo-, como el propio gobernador Leutwein, quien quería llegar a un acuerdo con los herero y los nama y, sobre todo, el canciller imperial Bülow, que veía aquel exterminio como un acto inhumano. Pese a todo, nada cambió.

Una vez que se clausuraron los campos, la humillación no terminó para los nativos. Los 19.000 supervivientes fueron repartidos como mano de obra barata para los colonos alemanes, teniendo que portar siempre un disco de metal con su identificación. Pero lo peor, sin duda, fue la prohibición de poseer ganado, algo fundamental para una sociedad ganadera.

Namibia - Supervivientes herero

Supervivientes herero. Nótese la evidente desnutrición que padecieron. Fuente: Wikimedia.

Los crímenes de los alemanes en Namibia no fueron revelados a la opinión pública internacional hasta 1918, cuando el Imperio Alemán fue derrotado. Las cifras de las víctimas son difícilmente calculables, ya que nadie sabía con exactitud cuántos nativos habitaban el territorio, dada su alta movilidad. Se estima que murieron unos 10.000 namas y entre 25.000 y 100.000 hereros, lo que suponía el 80% del total existente antes de las masacre.

Alemania pidió perdón a los herero y los nama cien años después, en 2004. Con las excusas llegó una cierta cantidad de dinero para compensar a los descendientes de las víctimas y numerosos actos de reconocimiento del dolor causado. Se reconoció el daño hecho, aunque las cicatrices del genocidio aún pueden sentirse en la actual Namibia.

El final del Camerún alemán y los refugiados germanos en la Guinea Española (Podcast 19 de «La Biblioteca de Tombuctu» – THDT)

Entrada Podcast 19

La Biblioteca de Tombuctú volvió esta semana a tener formato de entrevista para recibir a Carlos A. Font Gavira, historiador y archivero andaluz especializado en historia de la colonia germana de Camerún.

En esta sesión, hemos conocido el desarrollo y el final del sueño colonial alemán en el golfo de Guinea debido a su derrota tras la I Guerra Mundial. Sin embargo, es poco conocida la importancia que tuvo la colonia de la Guinea Española (hoy Guinea Ecuatorial) como tierra de acogida de una ingente cantidad de colonos germanos y nativos cameruneses que, tras la invasión aliada, prefirieron escapar a territorio español, nación neutral durante el conflicto, antes que caer presos. Quienes quiera conocer más detalles, pueden escuchar el podcast:

3ª edición del curso online «Introducción al Etiópico Clásico» – CEPOAT (UMU)

Curso de Ge'ez CEPOAT

El próximo mes de junio comienza la tercera edición de nuestro curso online “Introducción al Etiópico Clásico (Ge’ez)”, en el cual, además de conocer el llamado latín etíope, el alumno podrá explorar diferentes aspectos de la cultura etíope como la historia, la literatura o la tradición musical, entre otros.

El Ge’ez

La lengua madre de Etiopía, el ge’ez, es un idioma extinto de la familia de lenguas semíticas, de la que forman parte el árabe, el hebreo, el tigriña o el amhárico. Nacida del protosemítico etiópico, fue la lengua de los aksumitas, el imperio que durante los siglos I y VII d.C. dominó la política del Cuerno de África y el Sur de Arabia. Gracias a esto, conservamos un buen corpus de estelas regias escritas en ge’ez, aunque el verdadero punto de inflexión se produjo a partir de la traducción de la Biblia del siriaco al ge’ez entre los siglos V y VI. Pese a que en el siglo IX comenzó a ser sustituida como lengua cotidiana por el tigré o el tigriña, su prestigio se mantuvo gracias a su empleo como lengua litúrgica y de la corte; no en vano, sigue siendo empleada en los rituales de las Iglesias Ortodoxas Tewahedo etíope y eritrea.

Datos básicos

Modalidad de la actividad: VIRTUAL

ECTS: 3 créditos (equivale a 75 horas)

Número de alumnos: mínimo 10 / máximo 60

Precios públicos: 60 €

Plazo de matrícula y beca: del 1/5/2016 al 26/5/2016

Lugar de presentación de matrícula on line: CASIOPEA

Email de contacto: cepoat@um.es

Teléfono de información: 666125197 — 0034 868883890

Destinatarios:
Profesionales y estudiantes de Historia, Arqueología, filología, alumnos y profesionales de licenciaturas y diplomaturas relacionadas, así como cualquier personas interesadas en el tema. Interés por la cultura y la lengua etiópica.

Temario

1 – Introducción al Etiópico.

1.1.- ¿Qué sabemos sobre Etiopía?
1.2.- El área cultural etiópica.
1.3.- Geografía.

2 – El alfabeto y el abugida Ge’ez (I).

2.1.- El abugida etiópico: surgimiento y desarrollo histórico.
2.2.- 1ª parte del abugida.
2.3.- Historia:Etiopía antes del reino de Aksum

3 – El alfabeto y el abugida Ge’ez (II).

3.1.- 2ª parte del abugida.
3.2.- Literatura en geez: importancia y evolución.
3.3.- Historia: el reino de Aksum hasta su conversión al cristianismo.
4.4.- El judaísmo en Etiopía.

4 – El alfabeto y el Abugida Ge’ez (III).

4.1.- 3ª parte del abugida.
4.2.- El nacimiento del cristianismo etíope.
4.3.- Historia: el reino de Aksum hasta su decadencia (s. VII).
4.4.- Arte y cultura aksumita.
4.5.- La expansión del Islam en el Cuerno de África.

5 – Los números. Los plurales del nombre.

5.1.-Los números etiópicos.
5.2. Los plurales del nombre y los colectivos.
5.3.- Historia: la época oscura.

6 – El estado constructo.

6.1.- El estado constructo.
6.2.-Características del cristianismo etiópico.
6.3.- Historia: los Zagwe.
6.4.- Cultura y sociedad agaw. Las iglesias de Lalibela.

7 – El género y el número. Demostrativos.

7.1.- El género y el número en etiópico.
7.2.- Los demostrativos.
7.3.- Historia: la restauración salomónida.
7.4.- Cultura y sociedad de los amhara.

8 – Los pronombres personales.

8.1.- Los pronombres personales.
8.2.- Los manuscritos etíopes.
8.3.- Historia: la restauración salomónida hasta el siglo XVI.

9 – El acusativo.

9.1.- El acusativo.
9.2.- Historia: la yihad de Ahmad Graññ y el final de la hegemonía cristiana en el Cuerno de África.

10 – Pronombres sufijos.

10.1.- Los pronombres sufijos.
10.2.- Historia: la intervención portuguesa. Consecuencias de la yihad de Ahmad Gragñ. La expansión oromo.

Evaluación:
Entrega de trabajos y traducción de ejercicios tras cada tema.

Observaciones:
Para la realización de los curso hay que inscribirse y/o matricularse a través de la plataforma CASIOPEA, así como crear una cuenta para el Aula Virtual del CEPOAT a través de el área de registro de nuevo usuario: http://www.um.es/cepoat/aula/login/signup.php

Las matrículas fuera de plazo deberá formalizarse mediante correo electrónico a cepoat@um.es, indicando curso al que se quiere matricular, nombre completo, dirección, dni o pasaporte y tlf. Tras valorar la aceptación se procedería al envío del recibo de pago oficial y pasos a seguir para la incorporación al mismo.

Para el pago se requiere seguir los siguientes pasos:
Una vez formalizada la matrícula en CASIOPEA podrá realizar el pago mediante tarjeta de crédito, banca electrónica, recibo en Ventanilla y transferencia.
– El pago con tarjeta se realiza con el acceso desde la misma matrícula en CASIOPEA.
– El pago mediante banca electrónica deberá realizarse mediante la introducción de los datos del recibo obtenido en CASIOPEA. Son: Emisora – sufijo, Referencia, Identificación, Importe.
– El pago en ventanilla o pago en efectivo deberá realizarse mediante la personalización en alguna de las sucursales que tienen acuerdo con la universidad de Murcia, es decir, Santander, CajaMurcia, CAM y CajaMar.
– El pago mediante Transferencia deberá realizarse de la siguiente manera indicando necesariamente el concepto de ingreso:
Concepto: “RECIBO: (Indicar los 13 dígitos que tiene la referencia del recibo)” y dirigirla a la siguiente cuenta: ENTIDAD BANCARIA: Cajamar CUENTA: 3058 0361 36 2731000038
DOMICILIO: C/Marqués de los Vélez, 36, esq. C/Abenarabi 30008 Murcia
Para el pago Internacional**:
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ፋሲካ – Fasika, la Pascua etíope

Entre el 1 y el 2 de mayo, los cristianos ortodoxos tewahedo de Etiopía y Eritrea celebrarán la Fasika, la fiesta de Pascua. Aunque hace algunos años publicamos en nuestro primer blog este mismo artículo, consideramos oportuno recuperarlo por la importancia de esta fiesta.

Heredada del antiguo Pésaj judío, que conmemora la liberación de los hebreos de la esclavitud de Egipto, tras la muerte de Jesús y su resurrección el mismo día la festividad se cristianizó, cambiando por completo su significado; en adelante, se festejaría con jolgorio la victoria de Cristo sobre la muerte y el perdón de los pecados de toda la humanidad gracias a su sacrificio.

Originalmente, los cristianos celebraban su Pascua igual que como lo hacían los judíos. Pero la evolución de la propia Iglesia en los primeros siglos del cristianismo, cada vez más distante de esas primeras comunidades judeocristianas, y su división en multitud de pequeñas comunidades cismáticas enfrentadas unas con otras, hizo que pronto la Pascua cristiana y el Pésaj judío se distanciasen, pasando a diferenciarse incluso en la fecha de celebración.

Como veremos, la Iglesias Ortodoxas Tewahedo Etíope y Eritrea también tiene su propia Pascua que, si bien es común al de resto de confesiones cristianas, cuenta con interesantes peculiaridades, que procedemos a explicar aquí.

Cuarenta días de ayuno

Cuarenta días antes de la Pascua, los cristianos etíopes cumplen con rigor y seriedad con el ayuno, el cual les prohíbe comer nada entre la salida y la puesta del sol. Sin embargo, los actos principales de la celebración pascual se concentran en los últimos cuatro días, coincidiendo con el resto de comunidades cristianas.

Hosa'ena

Mural de la iglesia de Enda Iyasus en Aksum representando la entrada de Cristo en Jerusalén. Autor: Juan José Ruscalleda.

Hosa’ena, Domingo de Ramos

El día que abre la semana santa (Semune Himamat) etíope es Hosa’ena, que recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén. La celebración per se es muy similar a la que se realiza en otras confesiones cristianas, ya que incluye una bendición de ramos hechos de palma que luego los fieles pueden llevarse a casa.

Jueves y Viernes Santo

Jueves Santo (Tselote Hamus) se celebra litúrgicamente con la ceremonia del lavado de pies, La noche del Jueves Santo los etíopes conmemoran la Última Cena partiendo el pan dabbo -rememorando así el gesto y las palabras de Cristo, tomad y comed, este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros- y comiendo el gulban, un estofado de alubias machacadas y trigo.

El Viernes Santo (Siqlet) es un día de ayuno y oración. Todo los mayores de edad están obligados a cumplir con el ayuno de precepto, llamado ????? (akfilt), que se prolonga hasta la siete de la tarde del Sábado Santo, cuando por fin pueden romperlo.

Sábado Santo y Domingo de Resurrección

Durante el Sábado Santo, las ciudades explotan en bullicio y actividad. El fin del ayuno está cerca, por lo que tanto hombres como mujeres preparan todo lo necesario para la fiesta nocturna. Los religiosos rezan y cantan himnos esperando a que caiga la noche, ya que a las nueve de la noche comienzan los festejos de la Resurrección. Reparten juncos verdes (qetema) entre la gente, que esperan con ellos la bendición.

Cuando la medianoche está próxima, las puertas y cortinas del meqdes de las iglesias (la capilla central donde se guarda el tabot) se abren y los clérigos empiezan a procesionar alrededor del tabot. Se reparten velas entre los asistentes, que igualmente procesionan en los ambulatorios del templo mientras cantan y ululan. Al llegar la medianoche, los tambores retumban tras estar toda la Cuaresma callados, se proclama la Resurrección de Cristo (Kristos tensi’a immutan!) y el sacerdote lee la Anáfora de Dióscoro durante la liturgia.

Las tres de la madrugada es el momento en  que se considera que se puede romper el largo ayuno. La cena que se sirve en casa tras el rito es, con diferencia, una de las más esperadas del año. Todos se reúnen en casa con sus familiares y amigos para disfrutar de un opíparo banquete que, en no pocas ocasiones, acaba en estruendosa borrachera. Además, los siguientes cincuenta días hasta Pentecostés no habrá ayuno, lo cual es un motivo extra para la celebración.

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Descenso de Cristo a los infiernos. Manuscrito etíope del siglo XVIII conservado en The British Library. Foto de Eyob Derillo.

Al amanecer del Domingo de Resurrección, se prepara el desayuno con los restos de la cena y todo el mundo se viste con sus ropas nuevas de fiesta, ya que hay que celebrar con alegría la Resurrección. Es costumbre que las familias se inviten entre sí a comer, y que los sacerdotes y los ancianos reciban regalos, normalmente de comida.

Para acabar, nosotros también queremos desearos unas Felices Pascuas: መልካም ፋሲካ (Mälkam Fasika)

ርሑስ በዓል ፋሲካ!

Si deseas citar este artículo, puedes utilizar esta fórmula:

LOZANO ALONSO, Mario. “Fasika, la Pascua etíope”, en Reino de Aksum (blog). Publicación: 30/04/2016. Consultado el [añadir fecha]

Yo en LalibelaSobre el autor: Mario Lozano Alonso es un historiador leonés al que le apasiona la cultura etíope, especialmente su rica historia y sus tradiciones artísticas. Puedes seguir sus investigaciones sobre Etiopía en su web reinodeaksum.com.

Asante, el imperio de los akan (Podcast 18 de «La Biblioteca de Tombuctú» – THDT)

Entrada Podcast 18

Este artículo ha sido elaborado para la sección La Biblioteca de Tombuctú del programa de radio Tras las Huellas del Tiempo. Puede escuchar el podcast aquí:

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El reino de Asante o Ashanti se conformó en el territorio central de la actual república de Ghana (no confundir con el antiguo imperio homónimo, con el que no tiene nada que ver). Originariamente, el territorio estaba habitado por un conglomerado de pueblos de diferente origen: akan procedentes del norte del límite del bosque húmedo, algunos fante y otros pueblos llegados de la actual Nigeria.

En general, cada etnia actuaba de manera independiente, comerciando con el oro y la nuez de cola, los principales productos de la región. Los numerosos grupos competían entre sí por el control de los recursos, recurriendo en no pocas ocasiones a las armas para solucionar sus diferencias.  La situación cambiará bajo el mando de Osei Tutu (1697-1731), gobernante de Kumasi, quien dirige a una primera coalición de pueblos akan para vencer a otros akan y conquistar el mercado de Tafo. Esta primera coalición tomó el nombre de Asante, que en twi significa “a quienes les gusta la guerra”. La principal amenaza provenía de dos grandes estados, Denkyira y Domaa, que exigían grandes tributos anuales a los akan.

La tradición asevera que, tras las primeras victorias militares, los líderes tribales akan se reunieron para elegir un rey que los dirigiese. En dicho encuentro, Okomfo Anokye, máximo líder religioso de los akan, hizo bajar del cielo un taburete de oro, el cual cayó justo frente a Osei Tutu, a la sazón líder de la naciente nación. Los jefes tribales reconocieron así su autoridad, ya que el taburete contenía, según Okomfo Anokye, el espíritu de todos los asante.

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Okomfo Anokye haciendo bajar del cielo el taburete dorado (Sika ‘Dwa). Fuente.

Asante fue el único estado capaz de reunir a la mayoría de los akan en un único reino. A partir de la capital, Kumasi, Osei Tutu (1695-1717) comienza la construcción delun verdadero imperio: primero conquista Daamo y luego hizo lo propio con Denkyira, el principal estado del suroeste de la actual Ghana, cuya prosperidad se basaba en el comercio esclavista con los holandeses del castillo de Elmina.

Aunque inicialmente Denkyira no quería la guerra con los Asante, el conflicto estalló en 1699 cuando intentaron imponer un nuevo tributo a los asante. Este abuso enfureció a Osei Tutu, quien conquistó Denkyira, permitiendo a los asante acceder al mar, la Costa de Oro de los europeos. Esto les garantizaba poder comerciar directamente con ellos, intercambiando oro y esclavos por armas de fuego.

Asante - Ceremonia de Yam en 1817

Los asante celebrando la ceremonia de Yam en 1817. Fuente: Wikimedia.

Opoku Ware fue el siguiente rey (Asantehene), gobernando a partir de 1720. A pesar de que tuvo que combatir a una coalición formada por Denkyira, Akim, Sefwi y Akwapim, logró derrotarlos e incluso añadió al imperio nuevos territorios en la cuenca del Volta. Al final de su reinado, los Asante gobernaban la mayor parte del territorio de la actual Ghana.

En 1764 sube al trono Osei Kwadwo, quien establece un sistema burocrático para controlar su ya extenso imperio. Para acceder al funcionariado, existían dos maneras: la primera era por adscripción a una familia noble por línea materna; y la segunda era mediante los logros personales de cada cual. Así se satisfacían las pretensiones de la nobleza y de la gente común.

Se creó también un tipo de policía, la Ankobia, que funcionaba como un ejército permanente al servicio del rey, cuyo poder crecía día a día. Aunque no pudieron evitar movimientos levantiscos, sí que podían sofocarlos con facilidad al poder ser movilizados con rapidez.

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Castillo de Elmina. Desde su construcción por los portugueses en 1482, ha funcionado como centro esclavista y de comercio con los pueblos costeros. Fuente: Wikimedia.

Los Asante construyeron así un imperio comparable con las clásicas Ghana, Mali o Songhai, aunque sus dimensiones eran mucho menores. Su estructura, sólida, mantenía bajo su control la actual república de Ghana y partes del interior de Costa de Marfil y Togo.

Los problemas para Asante comenzaron en el sur, en la costa. Mientras ellos comerciaban con los holandeses del fuerte de Elmina, los fante, otro pueblo costero, hacían lo propio con los ingleses de Cape Coast. Los ambiciosos  fante quería controlar en exclusiva el comercio con los europeos, declarando la guerra a los Asante, quienes los derrotaron en Abora en 1806. Osei Bonsu (1801-1824), llamado la Ballena, ataca también el fuerte holandés de Nueva Amsterdam, ocupándolo, y derrota a los ingleses en Anomabu. Los ingleses se vieron forzados a firmar un tratado que reconocía a los asante su dominio en la región costera.

Asante

Extensión del imperio Asante en 1750. Fuente: AA.VV. História Geral da África. Unesco: 2010. P. 502.

El declive

Los ingleses no olvidarán esta amarga derrota. En 1824, el gobernador de Sierra Leona, McCarthy, marcha sobre el territorio asante (Primera Guerra Asante), pero es derrotado de manera estrepitosa, suicidándose para no caer en manos del enemigo.

En total hubo otras tres guerras entre Inglaterra y Asante. En la segunda (1863), la situación no terminó claramente por las graves bajas causadas por las enfermedades en ambos bandos; la tercera (1873-1874) acabó con Kumasi, la capital, saqueada y quemada por los ingleses, impresionados por el tamaño del palacio del Ashantehene.

Asante - Taburete dorado

El taburete dorado en su trono. Fuente: Wikimedia.

El fin llegó con el rey Kwaku Dwa III (1888-1896), quien envió a Londres una embajada exigiendo el respeto de su independencia, al tiempo que ponía de relieve su voluntad de ser amigo de los blancos. El gobernador inglés de Sierra Leona le pidió entablar negociaciones, a lo que el rey accedió. Cometió el error de querer llevarlas a cabo en Kumasi, ciudad en la que entró con paso franco el ejército inglés, deteniendo al rey y deportándolo a Sierra Leona. Así se acabó el glorioso reino de los akan, con la cuarta Guerra Asante. En 1900, ya como colonia inglesa, el gobernador británico cometerá la estupidez de querer sentarse en el taburete de oro del Ashantehene, lo que provocará la última guerra contra los Asante (1900).

Bajo la dominación colonial y la moderna república de Ghana el asantehene perdió su poder político. Sin embargo, el decimosexto rey , Osei Tutu II, sigue residiendo en el palacio de Kumasi y es una figura muy respetada no sólo por los asante, sino por todos los ghaneses.

Más de 200 muertos en un ataque en el estado regional de Gambela (Etiopía)

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Mapa del estado de Gambela. Fuente: Horn Affairs.

El pasado viernes, 15 de abril, un grupo de guerrilleros de la etnia Murle, procedentes de Sudán del Sur, cruzaron la frontera del estado etíope de Gambela para perpetrar un ataque que afectó a los woredas (distritos) de Nare, Dikawa y Mekuwe.

Según el gobierno etíope, los atacantes, a los que define como grupos de bandidos, asesinaron a 140 personas y raptaron a 39 niños, mientras fuentes sudanesas aumentan el saldo de muertos a 170. La respuesta del ejército etíope, que se habría internado en territorio sursudanés, habría provocado la muerte de 60 de los asaltantes. A falta de confirmación, se cree que la operación de castigo continúa.

La mayor parte de los asesinados pertenecen a la etnia Nuer, mayoritaria en la región. La agresión se encuadra dentro de los conflictos interétnicos que afectan a Sudán del Sur y al estado regional de Gambela. No en vano, los Murle son considerados por las etnias vecinas como practicantes de magia negra y ladrones de ganado.

Según el diario digital Horn Affairs, no se trataría del primer ataque de guerrillas Murle contra territorio etíope, ya que poco antes habrían provocado 16 muertos en el woreda de Abobo, también en Gambela. El gobierno etíope descarta que se trate de una operación militar respaldada por el gobierno sursudanés.

El estado regional de Gambela comparte con el vecino Sudán del Sur dos grupos étnicos: los Nuer, que componen el 46% de sus 307.096 habitantes, y los Anuak. Como consecuencia de la guerra civil que afecta al estado más joven del mundo, la demografía de Gambela se ha alterado gravemente, ya que actualmente acoge a más de 270.000 personas que viven como refugiados en los campamentos de Jewi, Pugnido, Okugo, Kule o Tierkidi, entre otros, lo que ha supuesto duplicar la población regional, con todos los problemas logísticos y de alimentación que eso supone.

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Gambela en Etiopía. Fuente: Wikimedia.

Gambela es uno de los estados más subdesarrollados del país. Las diferentes etnias que lo pueblan practican la ganadería y la agricultura de subsistencia. Las infraestructuras, poco desarrolladas, hacen que sea uno de los kililoch (estados regionales) más remotos de Etiopía. Al estar ubicado en la cuenca del Nilo, su escasa altitud facilita la existencia de mosquitos transmisores de malaria y otras enfermedades endémicas. La mayoría de la población (70%) practica el cristianismo evangélico gracias a la intensa actividad de varios grupos misioneros radicados en la zona desde hace décadas.

Ranavalona I, la ambiciosa reina de Merina (Podcast 17 de «La Biblioteca de Tombuctú» – THDT)

Entrada Podcast 17

Este artículo ha sido elaborado para la sección La Biblioteca de Tombuctú del programa de radio Tras las Huellas del Tiempo. Puede escuchar el podcast aquí:

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La reina Ranavalona I de Merina, el estado hegemónico del Madagascar precolonial, es, quizá, uno de los personajes más controvertidos de la historia africana. Por un lado, fue una firme defensora de la cultura e independencia malgache frente a las apetencias coloniales francesas y británicas, pero, por otro lado, su celo unificador y su odio hacia todo lo occidental la hizo incurrir en graves errores que minaron la incipiente modernización del país.

Radama I

Radama I. Fuente: Wikimedia

Aprovechando su privilegiada posición en las tierras altas centrales de Madagascar, desde el siglo XVI el reino de Merina estaba llevando a cabo una agresiva política expansiva. El objetivo no era otro que unificar bajo su mando toda la isla de Madagascar, donde el pueblo malgache estaba dividido en una miríada de pequeños estados y etnias. Este proceso unificador se aceleró bajo el reinado de Radama I (1793-1828), quien, gracias a sus tratados con los ingleses, inició una tímida modernización que implicó la apertura de las primeras escuelas de la isla y la adopción del alfabeto latino en lugar del arábigo. Sin embargo, de la mano de los ingleses entraron numerosos misioneros y mercaderes europeos que harán que la historia de la isla cambie para siempre.

La esposa de Radama fue una princesa llamada Ramavo, la cual pertenecía a una de las principales familias de la isla. Sin embargo, fue un matrimonio sin amor: el rey prefería la compañía de otras mujeres y, además, Ramavo no le dio hijos. Si a todo esto le sumamos que su marido había mandado asesinar a varios miembros de su familia, podemos hacernos una ligera idea del odio que la princesa albergaba contra su esposo. Pese a todo, aquella despreciada mujer tenía una desmedida ambición que pronto haría que pasase a la primera línea de la política real.

Radama I - Tumba

Tumba de Radama I (a la derecha) en 1885. Fuente: Wikimedia.

Según parece, el rey Radama I tenía una pasión desmedida por la bebida que le llevó joven a la tumba. Así, cuando aún no tenía los 34 años, falleció a causa de una grave intoxicación etílica, aunque pronto muchos señalaron a Ramavo como su asesina. La sucesión de Radama fue sangrienta: la reina no dudó en asesinar a su propio sobrino –y heredero legítimo al trono- Rakotobe, para ascender al trono en 1828 con el nombre de Ranavalona (la retirada). Fue la primera monarca femenina desde la fundación del reino de Merina en 1540.

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En verde claro, expansión del reino de Merina bajo el reinado de Ranavalona I. Fuente: Wikimedia.

Decidida a continuar la labor unificadora de su marido, organizó un ejército que contaba con entre 20.000 y 30.000 soldados. Las guerras libradas contra los pueblos no merina provocaron alrededor de 60.000 muertos en los combates, y una cifra muy superior e incalculable de bajas civiles por las hambrunas derivadas del conflicto. Además, enfermedades como la malaria diezmaron al nuevo ejército, matando al 30% de sus efectivos. Otro efecto secundario fue la captura de un millón de esclavos procedentes de las regiones costeras, que hizo que dos tercios de la población de Antananarivo fuese esclava (andevo).

Ranavalona estaba convencida de que las potencias colonialistas –Francia y Reino Unido- querían acabar con el reino de Merina, por lo que mantuvo una política decididamente hostil hacia todo lo venido de Europa. Desde el rova o palacio de Antanarivo continuó con la tímida modernización del país, introduciendo avances tecnológicos europeos y una moderna burocracia al tiempo que se erigía como la defensora de las tradiciones seculares de la isla.

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Manjakamiadana de Ranavalona en Antanarivo. Fuente: Wikimedia.

La impopularidad de la reina entre los europeos se debió, sobre todo, a la violenta persecución que dirigió contra los cristianos. Aunque la gran mayoría de los malgaches seguían practicando la religión tradicional, las conversiones a la nueva fe eran cada vez más numerosas. Ranavalona, que odiaba al cristianismo por ser una importación  cultural europea, decidió el 1 de marzo de 1835 prohibir bajo pena de muerte su práctica, sometiendo  a los cristianos a la prueba del veneno (tangena), quemándolos vivos o despeñándolos, además de quedarse con todos sus bienes.

El siguiente paso antieuropeo se dio en 1857, cuando Ranavalona expulsó a todos los comerciantes europeos de la isla. La medida no excluyó al francés Laborde, propietario de un verdadero entramado industrial muy avanzado para la época, el cual le había convertido en el hombre más rico del país.

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La reina Ranavalona I, retrato de P.A. Ramanankirahina. Fuente: Wikimedia.

El bloqueo franco-británico impidió que la reina pudiese adquirir armamento moderno, tan necesario para su expansión. Además, su política militar provocará graves revueltas: en adelante, las tropas dejarán de ser alimentadas por el estado, y, por si esto fuera poco, cada provincia debía aportar 2.500 soldados fuese cual fuese su población, lo que provocó la queja de los territorios más despoblados.

A su muerte, en 1861, fue sucedida por su hijo Radama II, a quien la reina obligó a reconocer como el unigénito póstumo de su marido Radama I, a pesar de que el niño había nacido más de nueve meses después de la muerte de su supuesto padre. Su reinado, aunque breve, marcará la vuelta de los europeos al país y el fin de la persecución del cristianismo.

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